Banyan Tree Nanjing Garden Expo es un hotel de lujo ubicado en la montaña china de Tangshan. Un proyecto que pretende embellecer y restaurar el lugar donde se ubica, y permitir la simbiosis de los humanos y la naturaleza
El proyecto Hotel Banyan Tree Nanjing Garden Expo, es obra del mundialmente reconocido estudio de arquitectura interior CCD, Cheng Chung Design. Un hotel ubicado en la montaña Tangshan (Nanjing, China), un lugar que una vez fue un paraíso lleno de nubes y neblina que, con los años y el paso de los humanos, se ha convertido en devastadas ruinas industriales, las cuales lo han despojado de su vegetación, modificado su geografía, erosionado el suelo y dañado el paisaje.
Después de un largo período de minería, solamente quedaba un suelo desnudo y piedras expuestas. El equipo de diseño CCD se propuso con su proyecto garantizar la funcionalidad del diseño mientras se fusiona con el entorno para contribuir a la restauración ecológica de la zona.
Para unir la arquitectura con la naturaleza, los diseñadores hicieron uso de materiales naturales locales. El equipo cree que el diseño no trata solo de la forma, sino que, lo más importante es que este mismo se convierta en parte del entorno natural. La selección de materiales enfatiza la sostenibilidad y el respeto al ecosistema. Tomando la naturaleza como medio de creación, los materiales naturales crean una escena artística holística.
Según las condiciones del sitio y la intención del proyecto, los diseñadores aprovecharon la profundidad y las variaciones del valle creadas artificialmente durante décadas. La estructura del nuevo hotel se curva y se corta adaptándose a las variaciones geográficas, haciendo que los huéspedes se sientan como sí estuvieran en un acantilado rodeados por un cañón natural.
Con un lenguaje de diseño minimalista y moderno, y materiales naturales como la madera y bambú tejido en capas, el espacio parece regresar al origen de la vida. Las formas curva suaves de la edificación se entrelazan con la propia estructura natural de la montaña, consiguiendo un espacio que revela una sensación visual de metamorfosis. Así mismo, gracias a un acertado juego de luces y sombras dinámicas, se consigue una escena armoniosa y sorprendente en los interiores del hotel a lo largo del paso de las horas.
Según explica el equipo CCD, pasear por el espacio es un reinicio de la conciencia entre el hombre y la naturaleza, entre el arte y la realidad, y entre el cuerpo y la mente.
Una paleta en colores naturales establecen el tono espacial general monocromático. Todo el espacio es ligero y elegante, e incorpora formas orgánicas. Se enriquece con estructuras y materiales variados, creando más posibilidades para la exploración espacial. Así mismo, el arte se integra en el espacio de diversas formas, provocando pensamientos sobre la relación entre las personas, el espacio y la naturaleza a través de la creatividad y la imaginación.
Además, para satisfacción de los huéspedes, cada habitación está equipada con un baño de aguas termales con vista al valle y los acantilados. La estructura arquitectónica y el mobiliario interior de toda la instalación consigue crear un ambiente natural que resuena sutilmente con la atmósfera misteriosa del valle de la cantera.
Fotografía de Ting Wang