El estudio Global Architects han reinventado una casa adosada en mal estado desde la década de 1980. Una casa familiar, espaciosa y luminosa ubicada en la ciudad holandesa de Wassenaar. El tema "casa en una casa" ha resonado en la intervención sentado en el corazón de la vivienda. Debido a la inclinación pronunciada de la estructura del techo, la luz natural es constante y ha influido en cada habitación para que tenga una forma única.
La casa está diseñada con un punto de vista de 'sostenibilidad integrada' con el uso de energía solar pasiva, uso reducido de luz artificial y flujo de aire. Concebida desde un enfoque ecológico y sostenible, la casa es un ejemplo de respeto por el entorno natural, y firme creencia en las ventajas de un proyecto de reducido impacto ambiental y alto ahorro energético.
Para un máximo nivel de confort interior, la casa queda perfectamente aislada de los cambios de temperatura exterior. Energía solar pasiva, ventilación natural, calefacción y enfriamiento son todos manejados desde el atrio. Colocando una "casa dentro de una casa", todas las habitaciones se abren hacia el atrio. El uso de la madera como material principal reduce ya las pérdidas energéticas considerablemente, teniendo en cuenta que la madera es uno de los materiales constructivos de conductividad más baja.
La holgura y libertad del espacio no compromete de ninguna manera el correcto aprovechamiento del mismo, ya que el esquema de distribución maneja las transiciones y flujos de circulación con claridad y lógica.
La cocina, con un claro contrapunto minimalista, rustica, en madera de roble, se convierte en un oasis atemporal. Un elemento móvil que fluctúa. Una cocina de madera lineal de inspiración natural con un marco subyacente en cálidos tonos tierra, detalles elegantes. Con esta materialidad como protagonista, el espacio principal se vuelve un lugar acogedor, de proporciones holgadas y bañado de luz natural.
En contraste con las paredes de microcemento, acabado, entre lo minimalista e industrial, otorga esa uniformidad que permite el material. Una intervención de carga blanca se extiende por los dos pisos superiores, difuminando el límite entre estancias, sumando calidez y humildad al diseño. Acabado en un yeso de hormigón; este elemento central permite que todas las habitaciones se abran hacia el atrio, mientras que las aberturas cuadradas promueven la ventilación natural y ponen énfasis en el tema 'casa dentro de una casa'.
Una escalera de acero situada en el lateral se extiende por los dos pisos y une toda la vivienda. Los arquitectos querían crear una estética refinada pero inacabada explorando el uso de materiales. La planta baja, la madera existente ha sido lijada, y barnizada en aceite en un color más claro. Para la cocina, el microcemento expuesto complementa la unidad de cocina móvil hecha a medida en roble con una superficie de acero inoxidable. Mientras tanto, la estructura del techo queda "sin terminar" a través del uso de vigas expuestas y pisos de madera de pino finlandés engrasados.
Los grandes tragaluces permiten que un flujo constante de luz entre en el núcleo del atrio transporten le luz por toda la estancia. Los recursos y soluciones adoptadas en consiguen el mismo efecto potenciador de la luz. Lugares en sombra, frescos y tranquilos, donde el entorno se fusiona con el interior, y se hace posible disfrutar del carácter silvestre del contexto.