Arquitectura

Instituto Rabat del Defensor del Pueblo

Entre tradición y modernidad en una arquitectura monolítica, el edificio emana una presencia arquitectónica única, combinando volúmenes poderosos con una elegancia discreta, el edificio es un testimonio de su visión compartida, su blancura, eco de la medina de Rabat, magnifica las líneas a la luz, una malla protectora, herencia de la artesanía, baila con la luz, creando un sutil diálogo entre tradición y modernidad,

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Entre tradición y modernidad en una arquitectura monolítica, el edificio emana una presencia arquitectónica única, combinando volúmenes poderosos con una elegancia discreta, el edificio es un testimonio de su visión compartida, su blancura, eco de la medina de Rabat, magnifica las líneas a la luz, una malla protectora, herencia de la artesanía, baila con la luz, creando un sutil diálogo entre tradición y modernidad,

Situado en una zona caracterizada por una diversidad arquitectónica cargada de antagonismo, el edificio se ha impuesto como una obra de arte que afirma su presencia por la fuerza de sus volúmenes, su sobriedad y su elegancia, Siguiendo los pasos de los edificios de los conjuntos urbanos históricos, se expresa a través de un posicionamiento aparente, acorde con la tradición y, al mismo tiempo, con una interpretación contemporánea,

La blancura recomendada, en armonía con el contexto de la medina de Rabat, evoca una simbiosis con los colores locales. Este tono no sólo es estéticamente agradable, sino que también sirve de telón de fondo para captar y refractar la luz. Esta luz acentúa las marcadas líneas del edificio, resaltando su elegancia atemporal,

Una generosa malla de hormigón blanco o metal perforado se eleva como un diafragma protector, actuando como un escudo contra los elementos. Inspirada directamente en los diseños geométricos de la artesanía arquitectónica, esta malla baña los espacios interiores con una luz suave y difractada. En el corazón del patio, la ornamentación se convierte en el punto focal, respetando la tradición, al tiempo que se funde armoniosamente con las expectativas y exigencias contemporáneas. De este modo, el edificio se inscribe en una continuidad arquitectónica que combina la herencia del pasado con el ímpetu creativo del presente,

A través de esta colaboración, los arquitectos trascienden el tiempo, estableciendo el edificio como una obra en la que pasado y presente se combinan armoniosamente, formando una simbiosis arquitectónica en la encrucijada de tradición y modernidad en un lenguaje arquitectónico contemporáneo,

 

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