En el interior del Gran Museo Egipcio, en Kafr Nassar (Egipto), un pabellón comercial central ha sido creado para albergar las marcas más emblemáticas del país. Nakhla, una joyería de propiedad y herencia familiar, es una de las empresas seleccionadas para formar parte de este espacio
Cuando la segunda generación de la familia de joyeros Nakhla buscaba diseñar su nueva tienda en el Gran Museo Egipcio, la elección de la diseñadora de interiores Yasmina Makram, como responsable de este importante proyecto, fue algo natural. Con los años, la interiorista se ha ganado una magnífica reputación por fusionar el patrimonio y la historia del país con el diseño contemporáneo.
Yasmina Makram es conocida por construir narrativas en todos sus proyectos de diseño. Las referencias históricas son muy comunes en sus obras, y con ellas crea perspectivas únicas. Con un amplio portfolio en diseño comercial, residencial y de productos, su espíritu se centra en el uso de diseños para contar historias.
Las piezas de joyería Nakhla se basan en una fuerte conexión entre la familia de diseñadores egipcios y sus antepasados. Una sensibilidad única y artesanal que es sinónimo de la marca, inspirada en notas históricas pero siempre vanguardista.
Utilizando el Antiguo Egipto como punto focal, transforman intencionalmente un espacio en una experiencia. Un enfoque respetuoso del proceso de diseño que comenzó observando las técnicas arquitectónicas del Antiguo Egipto.
Basándose en la composición de los templos del Antiguo Egipto con visión contemporánea, fue el punto de partida de su diseño.
La obra se aborda con elementos de diseño moderno pero con una sólida comprensión de los procesos y materiales antiguos. Un lenguaje de diseño que habla con pasión, comprensión histórica y legado, pero de una manera no tradicional.
La pequeña planta angular fue el principal desafío. En lugar de luchar contra el espacio, la diseñadora utiliza estas angularidades para crear un flujo de comunicación entre cada zona. Siguiendo las líneas marcadas por los parámetros del espacio para crear expositores centrales que dan cohesión a la tienda. Una experiencia sensorial lograda con líneas modernas contrastadas con una textura terrosa y una ligereza similar a la de un templo.
Era imperativo ceñirse a los orígenes de la marca, ya que las joyas de Nakhla mantienen la historia para permitir que una nueva generación aprecie la artesanía. Irónicamente, esto se logró con técnicas de iluminación modernas que resaltan las piezas hechas a medida de manera expositiva y acentúan la relación de la marca con su cultura de nacimiento.
Otro punto vital fue mostrar y fortalecer la feminidad y la audacia de las piezas de Nakhla. Como homenaje a Nefertiti, su busto realizado con materiales y colores naturales, cede su belleza para la exposición de algunas de las piezas más icónicas de la marca. El resultado es una experiencia espacial que da continuidad a la sensación trascendental que se siente al ingresar al Gran Museo Egipcio. Una narrativa de diseño verdaderamente colaborativa que armoniza con su increíble contexto y ubicación.
Fotografía de Nour El Refai