La arquitecta mejicana Tatiana Bilbao diseña este conjunto de pabellones, como vivienda de vacaciones, que se funden con el paisaje circundante de los bosques de Monterrey
Tatiana Bilbao es una arquitecta mejicana en cuya obra manifiesta la preocupación por una construcción sostenible a través del empleo de materiales naturales y técnicas tradicionales. De su estudio, asentado en Ciudad de Méjico, han nacido numerosos proyectos con una fuerte implicación social y paisajística, algunos de ellos galardonados con distintos reconocimientos. El proyecto que mostramos en este artículo es una clara muestra de la delicadeza con la que esta arquitecta se enfrenta al entorno natural sobre el que ha de actuar; así, Los Terrenos, al suroeste de Monterrey, nace como una pequeña construcción que se mimetiza con la masa arbórea de esta zona boscosa de las tierras altas.
Plano de situación de Los Terrenos, Tatiana Bilbao
Vista exterior del pabellón grande de Los Terrenos, Tatiana Bilbao
Vista exterior del pabellón grande de Los Terrenos, Tatiana Bilbao
Los principales condicionantes del proyecto serían la abundante vegetación, la pendiente del terreno, y la parcela de actuación (de forma irregular pero de gran extensión), así como el programa consistente en vivienda de vacaciones. La estrategia a seguir responderá a la idea de que la construcción imite la flora y fauna existentes en el lugar, de tal manera que su presencia pasase prácticamente inadvertida. Así, la primera decisión de proyecto consistirá en establecer un cuadrado base imaginario en cuyas esquinas estará situada cada una de las construcciones, por lo que éstas se conciben como elementos independientes, desde un punto de vista funcional y visual. En el centro del cuadrado, una piscina de contorno ondulado quedará protegida por la vegetación y la arquitectura.
Planta, sección y alzado del pabellón grande de Los Terrenos, Tatiana Bilbao
Planta, sección y alzado del pabellón pequeño de Los Terrenos, Tatiana Bilbao
A día de hoy existen dos pabellones que acogen usos diferenciados. El de mayor tamaño, vinculado al acceso principal de la parcela y el camino rodado, acoge la parte más pública del programa consistente en la zona de trabajo, estar y cocina. Desde un punto de vista morfológico, podemos distinguir dos componentes principales en planta: un núcleo central que comprende las distintas estancias, y una envolvente continua, transparente desde el interior, que permite la libre circulación dentro del edificio, así como la visión permanente de la exuberante vegetación que rodea la vivienda. La cubierta, a dos aguas pero asimétrica, enfatiza la distinción entre los dos cuerpos al formar parte cada uno de los faldones de un elemento distinto; o en otras palabras, mientras que la hoja de la cubierta de menor tamaño es igualmente transparente como la piel perimetral, la otra es opaca, como el resto de los muros. Estos muros ciegos se componen de una estructura cerámica o “enrejado”, una celosía que permite distintos grados de opacidad al rellenarse o no sus huecos intermedios con tierra.
Vista interior del pabellón grande de Los Terrenos, Tatiana Bilbao
Vista interior del pabellón grande de Los Terrenos, Tatiana Bilbao
Vista interior del pabellón grande de Los Terrenos, Tatiana Bilbao
El segundo pabellón está destinado a albergar los dormitorios, y se sitúa en la esquina opuesta del cuadrado base. A diferencia del primer edificio, éste se dispone en forma de L en planta, de tal manera que cada habitación tenga una orientación distinta para garantizar la intimidad y las vistas al paisaje en cada una de ellas. La sensación del usuario, en todo momento, será la de encontrarse sólo en medio del bosque pues gracias a la disposición de cada uno de los volúmenes, las habitaciones se abren hacia el bosque que parece no acabar nunca. Aprovechando el pronunciado desnivel del terreno, este habitáculo se construirá semienterrado en el suelo, por lo que no presentará la piel de vidrio que rodeaba al anterior pabellón. Para hacer la relación con el terreno aún más evidente, las habitaciones no presentan un suelo llano y uniforme, sino que éste se constituye a base de distintas plataformas de madera para crear una topografía escalonada cuyo espacio hueco inferior se utiliza como área de almacenamiento.
Vista exterior del pabellón pequeño de Los Terrenos, Tatiana Bilbao
Vista interior del pabellón pequeño de Los Terrenos, Tatiana Bilbao
Vista interior del pabellón pequeño de Los Terrenos, Tatiana Bilbao
Vista interior del pabellón pequeño de Los Terrenos, Tatiana Bilbao
Sin lugar a dudas, la singularidad de la propuesta de Tatiana Bilbao reside en la capacidad del edificio para mimetizarse con su entorno, un efecto que se alcanza gracias a la cuidada elección de los materiales de la estructura y la envolvente. Desde el exterior, la piel de vidrio espejado refleja la vegetación circundante de tal manera que el edifico se percibe como una extensión del propio bosque, en la que sólo los destellos de la luz interior al anochecer revelan la existencia de un espacio habitable y secreto. Los muros estructurales cerámicos en celosía, rellenos de barro, son un esfuerzo por incorporar materiales naturales a la arquitectura, aportando al mismo tiempo una textura heterogénea y cálida a los interiores. Los pavimentos de terracota y los muros de piedra serán igualmente importantes para garantizar una transición sutil desde el selvático espacio exterior a la cada vez más depurada arquitectura.
Detalle de la envolvente del pabellón grande de Los Terrenos, Tatiana Bilbao
Detalle de la envolvente del pabellón grande de Los Terrenos, Tatiana Bilbao
El proyecto contempla la construcción de un tercer volumen que, en este caso, estará elevado sobre los árboles pero sin superar nunca el cuadrado central estructurante en planta. Esperamos impacientes ver el resultado.
Detalle de la envolvente del pabellón grande de Los Terrenos, Tatiana Bilbao
Imágenes de este artículo: Rory Gardiner