El arquitecto portugués lleva a cabo el diseño de un pequeño templo en una finca agrícola rehabilitada al sur del Algarve
Vista aérea de la Capela do Monte de Álvaro Siza
El primer proyecto del arquitecto Álvaro Siza en el Algarve portugués ha sido el diseño de esta capilla cristiana encargada por una pareja suizoamericana que vive en la región de Lagos desde hace más de 30 años. Esta iniciativa privada pretende revitalizar la abandonada aldea agrícola de Monte da Charneca con fines turísticos y espirituales, por lo que, además de la capilla, el complejo incluye siete casas tradicionales que han sido restauradas y cuya apertura está prevista para el año 2021.
Subida a la colina del Monde da Charneca
Vista exterior de la Capela do Monte, Álvaro Siza
El oratorio de Siza aparece suavemente en el punto más alto de la finca rodeada de olivos, alzándose como un hito pétreo que marca el final del camino ascendente hacia la cima de la colina. Sobre un claro en el suelo de tierra batida, una plataforma horizontal nos invita al descanso y nos transmite la seguridad de haber encontrado un refugio erigido por la mano del hombre en medio de la naturaleza. El templo se manifiesta rotundo por su sencillez de formas, pero al mismo tiempo su textura recuerda a la tierra que pisamos en un intento por formar parte de ella.
Entrada de la Capela do Monte, Álvaro Siza
Interior de la Capela do Monte, Álvaro Siza
Interior de la Capela do Monte, Álvaro Siza
El volumen prismático tiene unas dimensiones de 10,34 m de largo por 6,34 m de ancho y 6,70 m de altura. Pese su aparente sencillez, el espacio se configura en función de las estratégicas entradas de luz que permiten que nos adentremos paulatinamente en la sombra reparadora. El acceso al templo en forma de patio abierto al cielo supone un acogedor vestíbulo que nos devuelve a la escala humana. Por su parte, la sala principal de la capilla busca la espiritualidad a través de la esencialidad manifiesta en un espacio austero en el que la luz es sagrada.
Murales de azulejo de la Capela do Monte, Álvaro Siza
La humildad del lugar se extiende a los elementos simbólicos que forman parte de la iconografía de las iglesias cristianas, como pueden ser las cruces y los murales. En este caso, Álvaro Siza se encarga del diseño de ambas, recurriendo al trabajo artesanal de ceramistas y carpinteros portugueses. Los azulejos que conforman los murales de la entrada, que representan tres escenas de la vida de Jesús, han sido elaborados por el artesano Viúva Lamego, mientras que el mobiliario formado por las sillas, un banco y el altar, han sido realizados por Serafim Pereira Simões Sucessores.
Vista exterior nocturna de la Capela do Monte, Álvaro Siza
Vista exterior nocturna de la Capela do Monte, Álvaro Siza
Vista exterior nocturna de la Capela do Monte, Álvaro Siza
La capilla carece de electricidad, calefacción y agua corriente, siendo una construcción pasiva que consigue alcanzar el confort interior a través del uso de materiales naturales, como el ladrillo y la piedra, y de la la disposición de aberturas que permiten una iluminación y una ventilación natural eficaces. El templo se integra así dentro del complejo del Monte que es auto-suficiente desde un punto de vista energético gracias al aprovechamiento solar. Los huertos de cítricos, así como las higueras y los olivos, también garantizan la creación de microclimas y el suministro de productos agrícolas al conjunto.
Vista exterior nocturna de la Capela do Monte, Álvaro Siza
Imágenes: João Morgado