Ubicado en uno de los puntos con mayor afluencia de personas de la ciudad de Almería, este estrecho y alargado local se convierte en un espacio de culto a la tapa, cambiando al cura por el cocinero y la pila bautismal por un lavamanos de mármol
Fachada del local desde la Calle de los Reyes Católicos con la puerta de acceso
Este nuevo espacio gastronómico de la ciudad de Almería diseñado por el equipo de med.arquitectos busca, sin pretensión alguna, convertirse en un espacio de paz y armonía. El espacio presentaba posibilidades complejas, pues se trata de un local de proporciones alargadas con un único acceso y pocas posibilidades de variar la disposición.
Ante tales condicionantes de partida, los arquitectos buscan diseñar un espacio que, por sí solo, sea capaz de conmover al visitante y armarle de razones para volver cualquier otro día sin tan siquiera haberse parado a probar un bocado de lo que el cocinero desarrolla como propuesta gastronómica.
Espacio interior del local con la barra y el techo abovedado
A pesar de no ser creyentes, la ilusión de proyectar un espacio religioso es algo que apasiona a muchos de los arquitectos, pues les atrae la posibilidad de diseñar un espacio cuyo único fin es el de transmitir emociones. No ha sido menos para med.arquitectos, quienes todavía se encuentran en la búsqueda de esa posibilidad de proyectar, no necesariamente una catedral, sino una iglesia o una sencilla capilla que permita al visitante elevar su alma y sentirse cautivado por la atmósfera mágica que estos espacios generan.
Mientras tanto, a la espera de que alguna parroquia de barrio le dé esta oportunidad a un joven estudio de arquitectura carente de experiencia eclesiástica, han buscado aunar estas referencias que muchos tenemos en nuestra cabeza en el interior de un espacio que, a pesar de no parecer posible, se presta para ello.
Curiosos contemplando desde el exterior el espacio interior e interior ordenado al modo de una capilla
El diseño interior del local se plantea desde la referencia de la nave central de una iglesia. Su interior abovedado remarca la linealidad del espacio, haciendo clara referencia a la nave principal de una iglesia románica.
Semejanza también con las iglesias presenta este espacio en la disposición y ubicación del punto central de cualquier bar. Son muchas las ocasiones en las que tenemos espacios angostos en los que la barra se encuentra nada más acceder al local. Sin embargo, los diseñadores han planteado su ubicación al fondo del local, liberando con ello la parte de la entrada y generando la misma sensación en el visitante que la obtenida al acceder a una iglesia, donde el acceso se realiza desde los pies para poner el foco en el altar, o en este caso en la barra.
Planta y sección del local por el punto más alto de la bóveda y los espacios servidores y servidos
Vista interior desde la barra a la entrada del local y detalle de las luminarias de pared
Como si de las estaciones de un viacrucis se tratara, las luminarias de las paredes marcan el ritmo del espacio y posicionan al usuario. Por otro lado, al igual que ocurre en las iglesias, el altar queda marcado por un foco de luz principal, en este caso mediante una luminaria lineal enredada sobre un elemento de acero liviano y horizontal, y unas hornacinas que hacen las veces de “capillas” laterales.
Hornacinas laterales a modo de pequeñas capillas menores de una iglesia
Luminarias laterales y tira led central sobre la barra como elemento principal
Al igual que el resto del proyecto, los materiales empleados hacen alusión a una versión actualizada de un espacio eclesiástico. Unos paneles de OSB hacen las veces retablo, sirviendo a su vez de elemento separador de espacios, pues tras sus puertas se encuentran los espacios servidores del local (almacén y servicio), el revestimiento porcelánico que imita a la piedra, empleado tanto en la barra, aludiendo al altar de las iglesias, como en el suelo y en las paredes hasta media altura, y el acabado blanco, tanto en la parte superior de los paramentos verticales como en el techo abovedado, no hacen sólo alusión a los materiales empleados en la mayoría de espacios del culto, sino que dotan a este estrecho local de una claridad de la que carece debido a sus proporciones y a la falta de puntos de entrada de luz natural.
Vista del elemento separador de los espacios servidores y servidos y detalle de luminarias
Traspasado ese “retablo” de madera que separa los espacios servidores de los servidos, nos encontramos con un pequeño distribuidor que cuenta con un lavamanos que nos hace recordar las pilas bautismales gracias a su materialidad, pues este pequeño lavadero de mármol se convierte en un lugar de “limpieza y purificación” para los usuarios.
Detalles de los materiales y acabados empleados en el proyecto
Expresado todo esto, nada se puede reprochar a esta intervención en un local de complejas proporciones que se ha convertido en un homenaje a la capacidad del espacio para conmover y conectar con las personas, así como en un punto de culto a la tapa en la ciudad de Almería.
Fotografías de Juanan Barrós
Planos med.arquitectos