Este espectacular edificio realizado por Mecanoo Architecten en colaboración con Labb arquitectura es el Palacio de Congresos de Lérida; destaca por el carácter singular de sus formas, su experimentación y su materialidad.
Lérida, la segunda ciudad más importante de Cataluña, se encuentra dentro de un paisaje montañoso y lleno de verde por el que discurre el río Segre.
La Llotja, se emplaza a medio camino entre el punto más alto de la montaña de Seu Vella con su catedral y su casco histórico y la parte más baja a orillas del río creando un vínculo entre ambos. De esta forma, el edificio al ser observado desde el centro de la ciudad forma una composición equilibrada con los agentes naturales que lo rodean gracias también a su materialidad pétrea que sugiere crecer del terreno.
Una vez nos acercamos, la forma del edificio, su horizontalidad y sus grandes voladizos nos protegen del sol y la lluvia, generan como un gran espacio al aire libre a modo de hall que nos da la bienvenida; una plaza cubierta para eventos dónde a la escalera del edificio adyacente funciona a modo de tribuna.
Una gran escalera desde la calle nos conduce a la sala polivalente en planta primera; desde aquí, una rampa nos eleva al vestíbulo situado en un segundo nivel donde una gran ventana panorámica nos ofrece espectaculares vistas del otro lado de la ciudad y el río. Desde el vestíbulo se puede acceder a salas de reuniones, pequeñas salas de conferencias y al teatro además de salas VIP, sala de prensa y oficinas a través de un pasillo situado hacia el lado de la ciudad.
En la cubierta se ubica un amplio jardín con su mirador de enredaderas y trepadoras de rosas, jazmines y hiedras; muy útil ya que mantiene al edificio fresco en verano y ofrece unas agradables vistas a las personas que viven en el barrio.
Toda la logística del edificio está diseñada de un modo muy funcional, separando claramente recorridos privados de públicos. El aparcamiento y zona de carga de pequeños camiones se ubica en la planta sótano mientras que la descarga de camiones, cocina del restaurante, vestuarios y escenario del teatro se encuentran en planta baja a la misma cota.
Un edificio de contrastes y materiales naturales: al exterior piedra; en el interior blancos, maderas oscuras, suelos de mármol, texturas en madera y colores frutales que recuerdan a los huertos, a la tierra y hacen referencia a la región de Lérida que es famosa por su producción de frutas.
Fotografías de Christian Richters