'La misteriosa historia del jardín que produce agua', Cehegín. Mónica García y Javier Rubio. Fotografía: David Frutos.Los jóvenes arquitectos Mónica García Fernández y Javier Rubio Montero, integrantes del despacho de arquitectura “cómo crear historias”, son los vencedores de la XIX edición de los Premios de Arquitectura de la Región de Murcia, por su obra titulada 'La misteriosa historia del jardín que produce agua', un espacio verde autosuficiente situado en el municipio de Cehegín.
La intervención se realiza en un gran vacío urbano conocido como "El Coso", creado por el colapso de numerosas viviendas tras una gran nevada en la década de los 50. Con los años se había convertido en una zona deprimida en la parte alta del caso antiguo, en pleno corazón del barrio, dividiéndolo en dos, dejando muchas calles inconexas, lo que fue provocando el trazado de sendas antrópicas, creadas por el tránsito improvisado de los transeúntes.
El proyecto de Mónica García y Javier Rubio consigue coser la gran herida abierta en el barrio medio siglo atrás, a la vez que proporciona la zona verde que nunca tuvo y tanto necesitaba. Consta de unas edificaciones que albergan empresas e instalaciones preexistentes en la zona, y un jardín compuesto por un conjunto de senderos que van siguiendo los antiguos ‘desire paths’, que se van integrando en las calles aledañas, restituyendo la continuidad perdida.
La edificación se integra perfectamente en el conjunto y cede el protagonismo al jardín. Destaca la fachada salpicada de huecos con marcos en voladizo, y la disposición elevada de los volúmenes para dar cabida a una zona de aparcamiento.
El jardín, además de cumplir su función urbana y social, conectando distintos puntos de la ciudad a distintos niveles, creando paseos adaptados a todos los ciudadanos, incluyendo terrazas-mirador en la parte alta, integra criterios de sostenibilidad mediante un sistema creado para el autoabastecimiento de agua, aspecto de vital importancia en una zona geográfica que sufre largos periodos de sequía como es la región de Murcia. Se aprovecha para ello el fuerte desnivel del terreno, de casi 20 m entre la parte alta y la zona baja de la intervención, para crear un sistema de aprovechamiento y depurado de las aguas pluviales y aguas sucias de la parte alta del barrio, para su reutilización para el riego del jardín.
Los estanques depuradores se moldean creando los caminos en pendiente, y se disponen especies vegetales que van filtrando el agua durante su descenso. Al final del recorrido, se obtiene agua apta para el riego de las plantas trepadoras que inundarán las paredes verticales de todo el recinto, creando a lo largo del tiempo un microclima que atraerá la presencia de fauna. Además, las plantas proporcionarán al jardín un aspecto cambiante según el paso de las estaciones, lo que supone un atractivo añadido al proyecto.
Las vistas de la ciudad en todo el recorrido tienen un gran valor paisajístico, especialmente desde la perspectiva que ofrecen las plataformas situadas en la parte alta, que además proporcionan espacios de sombra bajo las mismas.
El proyecto, que se plantea en 2003, se construyó finalmente entre 2011 y 2015. La calidad y la innovación ha sido reconocida desde el primer momento recibiendo diversos premios y menciones. En 2005 consiguieron el Premio de Reconocimiento Europeo de Arquitectura Sostenible 'Holcim Foundation for Sustainable Construction', en 2015 les otorgaron el segundo premio en el concurso internacional 'The Second Baku Internacional Architectural Awards' en la categoría de edificios públicos, y recientemente han sido galardonados con el Premio Regional de Arquitectura de la Región de Murcia.
Aunque se trate de un proyecto ideado para un lugar concreto con unos condicionantes particulares, los creadores apuestan por la posible extrapolación de los criterios seguidos a otros lugares donde aplicar criterios similares que solucionen problemas comunes de autoabastecimiento de agua para la disposición de zonas verdes en climas secos.
Fotografía: David Frutos
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