Kathleen Andrews Transit Garage es una gran instalación de almacenamiento y mantenimiento de autobuses de características innovadoras y sostenibles en Edmonton, Alberta, diseñada por los canadienses GH3
El edificio, cuyo nombre hace honor a la primera mujer conductora de autobús de Edmonton, se sitúa en un entorno industrial al lado de una importante autopista del noreste de la ciudad, donde anteriormente se ubicaba una empresa de procesamiento de carne Canadian Packers, de la que se conserva una chimenea de 50 m de altura.
El nuevo edificio, de 50.000 m2 de superficie, se desarrolla en dos niveles, albergando almacenes para estacionamiento y limpieza para 300 autobuses, además de 5.000 m2 de oficinas administrativas, salas de conferencias, aulas, salas de formación y otros espacios para 800 empleados, como vestuarios, entre otros.
También cuenta con una planta sótano con plazas de aparcamiento para los trabajadores, comunicadas directamente con el edificio, protegiéndolos de las temperaturas extremas del invierno, que pueden alcanzar los -40ºC.
La entrada principal se sitúa en la planta baja del área de oficinas. Comunica con un espacio de doble altura que dispone de una escultural escalera de acero inoxidable con revestimiento de Corian, que comunica los dos niveles del edificio.
Los espacios interiores son diáfanos y neutros, con acabados lisos y monocromos, combinando el blanco y negro con los pavimentos de hormigón pulido, acentuando el carácter industrial del edificio.
La envolvente del edificio destaca por su cobertura con paneles de acero inoxidable, que reflejan el entorno dando un aspecto cambiante a la fachada a lo largo del día, adquiriendo distintos tonos con la evolución de las horas.
Asimismo, las corrugas de los paneles otorgan cierta textura a la fachada, marcando líneas verticales que contrastan con la horizontalidad del volumen del edificio.
En la parte superior sobresalen 5 tragaluces que bañan de luz natural los espacios interiores.
Los testeros de estas protuberancias se rematan con relieves escultóricos que hacen alusión a las formas montañosas, diseñados por el artista berlinés Thorsten Goldberg.
El edificio destaca también por su eficiencia energética y sostenibilidad, implementando soluciones capaces de reducir su demanda y sus emisiones.