PATRIMONIO

Modernismo soviético. Arquitectura para el fin de un imperio

Prejuicios históricos e ideológicos han relegado al olvido un importante capítulo de la arquitectura contemporánea rusa, desarrollada durante las últimas décadas del siglo XX en las antiguas repúblicas soviéticas, caracterizada por su modernidad, monumentalidad y su carácter icónico.

Modernismo soviético. Arquitectura para el fin de un imperioAntiguo Ministerio de Transporte. Tiflis(Georgia), 1977-1979. Arq.: G. Chakhava, Z. Dzhalaganiya. Ing.: T. Tkhilova, A. Kimberg. Imagen: Viewportmagazine

Prejuicios históricos e ideológicos han relegado al olvido un importante capítulo de la arquitectura contemporánea rusa, desarrollada durante las últimas décadas del siglo XX en las antiguas repúblicas soviéticas, caracterizada por su modernidad, monumentalidad y su carácter icónico.

La imagen general de la arquitectura rusa está plagada de tópicos: desde el hipervalorado constructivismo hasta la desprestigiada arquitectura clasicista del denominado realismo socialista, pasando por la calificada como fría arquitectura racionalista, a partir de mediados de la década de los cincuenta. Aunque pueda haber razones para este descrédito, como muchos críticos han sostenido debido a su alejamiento de la más ortodoxa modernidad, también es cierto que existen ejemplos muy destacados y de enorme originalidad.

De manera cómica, y en cierta manera crítica, la película rusa “Ironía del destino” (Ирония судьбы, или с легким паром!, Eldar Ryazanov, 1975) mostraba la enorme similitud de los grandes complejos residenciales desarrollados en la era comunista, promulgando la igual de todos los ciudadanos, a partir de estándares similares en las construcciones, su equipamiento y decoración. Tras una borrachera con sus amigos, el protagonista es mandado por error a San Petersburgo, donde llegará a una avenida, un edificio y un apartamento similares al suyo (de hecho, abre la puerta con su propia llave), a pesar de que éste se encuentre en Moscú. Aunque sea cierto lo mostrado en esta comedia, también lo es la existencia de ejemplos arquitectónicos singulares que merecen una revalorización.

 Carteles de la película rusa “Ironía del destino” (1975). Dir.: Eldar Ryazanov. Imagen: Liveinternet

 Con la misma radicalidad con la que en los años treinta se tachó el constructivismo, y por extensión la arquitectura racionalista, de “contrarrevolucionario”, imponiendo a través de la Unión de Arquitectos de la URSS una tendencia unificada, definida posteriormente como realismo socialista, y declarada como estilo oficial en 1937 durante el I Congreso de Arquitectos Soviéticos; del mismo modo, a partir de 1954 y tras la muerte de Stalin, Nikita Jrushchov desautorizaría la linea oficial tradicionalista para favorecer un acercamiento al Movimiento Moderno, mucho más acorde con el nuevo desarrolllismo.  

 

 Biblioteca Nacional. Ashgabat (Turkmenistán), 1969-1975. Arq.: Abdullah Akhmedov, Boris Shpak, Vladimir Alekseyev. Imagen: T. Kerimi-TASS Archive

 La arquitectura rusa desarrollada desde 1954 hasta el progresivo derrumbe de la URSS, a finales de los años ochenta, se conoce con la denominación de modernismo soviético, y muestra una clara vocación racionalista junto a un importante carácter monumental, heredado del realismo socialista pero emparentado con las críticas a la banalidad funcionalista.

Se trata de una arquitectura de múltiples lecturas y numerosas referencias, que lo mismo busca su inspiración en las utopías suprematistas como en la arquitectura metabolista (como el edificio de la calle Minskaya en Babruisk, que se asemeja a la Capsule Tower de Kisho Kurokawa); hace un guiño a figuras como Tange (por ejemplo, en la Casa del Mueble de Kiev) y Nervi (como el Estadio Druzhba); plantea megaestructuras (similares a Habitat 67, como el sanatorio Zori Rossii); apuesta por el brutalismo o se suma a la corriente posmoderna (por ejemplo, el Museo Lenin, en Gorki).

 Edificio en la calle Ulitsa Minskaya. Babruisk (Bielorrusia), 1980. Arq.: V. Galushchenko, K. Kozhich. Imagen: Belorussian State Archive of Scientific-Technical Documentation

  Casa del Mueble. Kiev (Ucrania), 1984. Arq.: Nataliya Borysivna Tchmutina et al. Imagen: Oleksiy Radynski-Oleksandr Burlaka

 

 Estadio Druzhba. Moscú (Rusia), 1977-1980. Arq.: Y. Bolshakov, I. Rozhin. Imagen: Denis Esakov, Dmitry Vasilenko

 Estadio Druzhba. Moscú (Rusia), 1977-1980. Arq.: Y. Bolshakov, I. Rozhin. Imagen: Denis Esakov, Dmitry Vasilenko

 Sanatorio Zori Rossii. Crimea (Ucrania), 1985. Arq.: V. Zhilin, O. Ivanov, G. Kostomarov, E. Perchenkov. Imagen: Vladimir Shipotilnikov

 

 Museo Lenin. Gorki (Rusia), 1975-1987. Arq.: Leonid Pavlov. Imagen: Denis Esakov, Dmitry Vasilenko

 En los últimos años, algunos de los edificios más llamativos del modernismo soviético han aparecido publicados en monografías y revistas, como por ejemplo, el sanatorio Druzhba, en Yalta, con una estética basada en prototipos aeroespaciales. Su corona de células individuales con corredor circular, núcleos cilíndricos de circulación y pasarelas de conexión, recuerda esquemas de la ciencia ficción, como el empleado en la película Solaris (Andréi Tarkovski, 1972).

 Sanatorio Druzhba. Yalta (Ucrania), 1986. Arq.: Igor Vasilevsky. Imagen: Igor Vasilevsky

 Sanatorio Druzhba. Yalta (Ucrania), 1986. Arq.: Igor Vasilevsky. Imagen: Igor Vasilevsky

 Sanatorio Druzhba. Yalta (Ucrania), 1986. Arq.: Igor Vasilevsky. Imagen: Frédéric Chaubin

 Uno de los ejemplos más interesantes, es el antiguo Ministerio de Transporte de Tiflis, actualmente Banco de Georgia. Se trata de una estructura tridimensional de carácter constructivista, basada en las propuestas suprematistas de El Lissitski, como sus rascacielos horizontales. Su imagen de piezas apiladas muestra también similitudes con la propuesta, mucho más contemporánea, de Herzog & De Meuron para Vitra.

 Ministerio de Transporte. Tiflis (Georgia), 1975. Arq.: Georgy Chakhava. Imagen: Georgy Chakhava

 Ministerio de Transporte (antes de su rehabilitación). Tiflis (Georgia), 1975. Arq.: Georgy Chakhava. Imagen: Frédéric Chaubin

 Ministerio de Transporte (actual Banco de Georgia). Tiflis (Georgia), 1975. Arq.: Georgy Chakhava. Imagen: Finchannel

 El abandono de muchas de estas obras, realizadas fuera de Rusia, en sus antiguas ex repúblicas, ha motivado que se levanten voces de alarma pidiendo su valoración y salvaguarda. Hace unos años, gracias a un proyecto de investigación desarrollado por el Centro de Arquitectura de Viena (Architekturzentrum Wien AZW), se pudo compilar un catálogo con más de 650 edificaciones y proyectos urbanísticos de las antiguas catorce repúblicas soviéticas (con la excepción de Rusia), conformando una base de datos de acceso público.

http://wiki.azw.at/sovietmodernism_database/home.php

 

 Museo Orlov de Paleontología. Moscú (Rusia), 1972-1987. Arq.: Yuri Platonov. Imagen: Denis Esakov, Dmitry Vasilenko

 Museo Orlov de Paleontología. Moscú (Rusia), 1972-1987. Arq.: Yuri Platonov. Imagen: Denis Esakov, Dmitry Vasilenko

En palabras de David Rivera. “La arquitectura es un producto cultural sintético, y nunca es un reflejo mecánico de la situación política y social; tiene sus propias tradiciones y es capaz de expresarse en cierta medida a partir de un lenguaje independiente”. Ojalá los prejuicios no nos impidan valorar la calidad de muchas de las obras del modernismo soviético.

Texto entrecomillado extraído de: RIVERA, David: La otra arquitectura moderna. Expresionistas, metafísicos y clasicistas, 1910-1950. Colección Estudios Universitarios de Arquitectura, 29. Barcelona, Editorial Reverté, 2017, pág. 337.