Arquitectura

Nodos de Diversidad: Tropicario

El Tropicario se convierte en el hito del cambio con su infraestructura jerárquica y orgánica del proyecto Nodos de Diversidad, liderada por el Jardín Botánico de Bogotá. Es el lugar de exhibición y promoción de los resultados en las diferentes expediciones botánicas propuestas a lo largo de distintas zonas del país, con el objetivo de conservar y proteger de la fauna y flora más amenazada de Colombia

Nodos de Diversidad: TropicarioFotografía de Mauricio Carvajal

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El Tropicario se convierte en el hito del cambio con su infraestructura jerárquica y orgánica del proyecto Nodos de Diversidad, liderada por el Jardín Botánico de Bogotá. Es el lugar de exhibición y promoción de los resultados en las diferentes expediciones botánicas propuestas a lo largo de distintas zonas del país, con el objetivo de conservar y proteger de la fauna y flora más amenazada de Colombia

Es paradójico y doloroso que uno de los países con mayor biodiversidad del mundo puede estar en la lista roja de los ocho países responsables de la mitad del deterioro del planeta. Ver como el “desarrollo” urbano puede reducir más de 50.000 hectáreas de humedales a tan solo 727 en el transcurso de un poco más de un siglo, evidencia que la riqueza en bienes naturales puede ser un incentivo para la tala indiscriminada, la ganadería extensiva y la minería ilegal.

Vista general con contexto del Tropicario

Empero, es alentador como una infraestructura llamada el “Tropicario” de tan sólo 3.800 metros cuadrados puede ser el hito del cambio, el símbolo de esperanza y un alto a la falta de conocimiento sobre la importancia de los diferentes ecosistemas -especialmente el de los humedales-. Liderado por el Jardín Botánico De Bogotá, en el 2017 nace dicha infraestructura como parte del proyecto bautizado “Nodos de Diversidad”, como edificación jerárquica de la estrategia de conservación y protección de la fauna y flora más amenazada de Colombia, que busca una nueva expedición botánica a lo largo de distintas zonas del país.

Exposición del Tropicario

El Tropicario surge como equilibrio adecuado entre la conservación, exhibición y promoción de resultados de las diferentes excursiones ecosistémicas. Las vitrinas de esta gran muestra toman la forma de cuatro volúmenes orgánicos que flotan en un humedal artificial, resaltando la importancia del ecosistema. El usuario contempla por medio de recorridos sublimes que parecen no acabar la naturaleza que su especie (humana) está destruyendo: convirtiéndolo así en un aprendizaje circular de paradojas entre causas y consecuencias. De este modo, el proyecto fluye conceptualmente con la estructura de vocación educativa y la divulgación característica del Jardín, complementando el tejido existente y respetando el concepto de apertura.

Vista desde el puente del Tropicario

Lucernarios del Tropicario

El visitante puede disfrutar en un recinto del Biodiversario; en otro, de las Plantas Útiles y Especializadas; en un tercero, del Bosque Seco Jardín; y en el último, del Bosque Húmedo Amazonía y el del Chocó Biogeográfico. En el nivel bajo la cota cero se exhibe el ecosistema SuperPáramo, donde convergen el frío y la belleza.

Uno de los ecosistemas exhibidos en el Tropicario

Exhibición del Tropicario

Vista interna del Tropicario

En este proyecto es interesante hacer una pausa en los detalles, pues son éstos lo que permiten que el Tropicario tenga dos premios de arquitectura, una mención de honor y dos publicaciones. Para iniciar, en la implantación que rodea la pieza resaltan 70 palmas adultas -conocidas por su lento crecimiento-, las cuales fueron un factor determinante al elegir la forma de las envolventes en cada construcción; la especie es declarada árbol nacional en vía de extinción, y por lo tanto su permanencia era indiscutible. El conjunto funciona como un sistema de múltiples partes: el suelo de cada volumen cumple la función de maceta y son espacios flotantes dentro de un humedal artificial, haciendo referencia a la arquitectura anfibia desarrollada por la ingeniería prehispánica -Chinampas, Camellones e Islas Flotantes-. El ingreso a cada uno de los cuerpos es por medio de esclusas, lo que permite que el caminante pase entre las diferentes zonas sin afectar las condiciones ambientales de cada una de ellas. Estas condiciones se logran con vidrios con diferentes grosores y filtros, incluyendo sistemas automatizados de apertura en algunas áreas, con receptores de agua en la parte alta de las estructuras que la conducen por los espacios interiores, luego por el humedal perimetral y, finalmente, al riego de la vegetación.

Vista general a nivel peatón del Tropicario

Ingreso a un volumen del Tropicario

Recorridos internos del Tropicario

El Tropicario es la huella que se resalta en el camino de la búsqueda al cambio. Un espacio de enseñanza y divulgación que empieza a construir un futuro cada vez más sensato, lleno de cultura verde. Un ejemplo de diseño y exhibición en la importancia que se le debe dar a los conflictos ambientales, y a la indispensable disminución del impacto negativo hacia los ecosistemas a través de la consciencia colectiva: en general, una celebración a la vida.

Vista desde la escalinata del tropicario

DARP

Escrito por María Carla Flórez Jiménez desde BOGOTÁ D.C.
Fotografías de Mauricio Carvajal

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