El edificio que acoge la nueva sede del Grupo Carlsberg en la histórica zona de Carlsberg de Valby Bakke en Copenhague, diseñado por C.F. Møller Architects, es un ejemplo de arquitectura sostenible respetuosa con la naturaleza que la rodea y en armonía con el entorno histórico donde se ubica
El edificio de oficinas, de diseño contemporáneo, se adapta a la escala del lugar ajustando su altura en el linde con las casas preexistentes en los alrededores y la Villa de Carl Jacobsen.
Las fachadas siguen la poligonal quebrada dibujada por el perímetro del edificio, adaptándose a la topografía del lugar, compuestas por grandes superficies de vidrio que se modulan con una estructura metálica compuesta por lamas verticales de chapa de cobre. Este material, además de hacer alusión a los antiguos tanques de la cervecería cuya sede acoge, armoniza con el entorno, haciendo un guiño a los edificios históricos y a la paleta de colores del las zonas arboladas circundantes.
Del mismo modo, algunas de las cubiertas optan por soluciones verdes que componen una suave transición con el paisaje en la vista cenital del edificio.
El edificio dispone tres cuerpos unidos entre sí alrededor de un gran atrio central que se convierte en el corazón del proyecto, integrando una de las principales vías de acceso.
A su vez, el edificio se abre al jardín contiguo, proporcionando a los espacios interiores vistas hacia un entorno natural que invita al descanso y las relaciones sociales. También se abre a la ciudad, creando una nueva zona verde accesible y adaptada al clima, al servicio de todos los ciudadanos, ofreciendo a su vez vistas hacia el interior del edificio gracias a la transparencia de su cerramiento.
Un sendero divide el área, estableciendo el límite entre el área más pública del jardín y la más privada, cercana a las oficinas, donde se dispone una pequeña lámina de agua.
La entrada principal al edificio se encuentra en la planta baja, situada en el atrio central.
Da acceso a la recepción, un espacio amplio que se descomprime a medida que se acerca a la fachada contigua al patio, creando un vaciado que abarca toda la altura del edificio.
Se crea un espacio agradable y acogedor, con vistas hacia el jardín, que dispone de un graderío, equipado con cojines de suelo, que proporción un lugar tanto para el descanso y relación social entre empleados, clientes y visitantes, como para la celebración de reuniones informales, favoreciendo el intercambio de información en un ambiente cercano y familia.
Escaleras lineales se sitúan en el perímetro del gran vaciado, comunicando todos los niveles del edificio entre sí.
En la planta baja se disponen también varias salas de reuniones y puestos de trabajo, además de un bar y una cafetería en el ala sur, que se abre al exterior, contando con una gran terraza al aire libre frente al Jardín de Carl Jacobsen.
En el resto del edificio, gracias a su planta poligonal, podemos encontrar una gran variedad de espacios de trabajo, todos ellos teniendo como premisa la comodidad y el dinamismo.
Los materiales utilizados en el interior son neutros, compuestos principalmente por paramentos y techos de un blanco inmaculado, donde la nota de calidez la aportan los suelos de bambú que cubren algunas estancias, combinados con pavimentos de terrazo continuo, y la madera oscura de los espacios de almacenamiento. El mobiliario es el encargado de aportar la nota de color en el conjunto.
El edificio apuesta por una construcción sostenible, minimizando la demanda de energía de la red gracias a la disposición de un gran número de placas fotovoltaicas en sus extensas cubiertas. Además, dispone de accesorios para el ahorro de agua y sistemas de ventilación con recuperación de calor.
Imágenes de Adam Mørk