La arquitectura brasileña se queda huérfana con el fallecimiento a los 92 años del célebre premio Pritzker
Aunque Mendes da Rocha siempre huyó de etiquetas, su producción arquitectónica es heredera del modernismo y brutalismo europeo de los 50 leyéndose en sus obras la influencia de Le Corbusier, Lucio Costa o João Batista Vilanova Artigas. Hijo de un ingeniero naval, en su legado arquitectónico destaca la claridad estructural. El virtuosismo técnico al servicio de la expresividad.
Museu Brasileiro da Escultura e Ecologia. Paulo Mendes da Rocha. Fotografía de Manuel Sá
Su enorme capacidad de síntesis dotó a sus edificios en hormigón visto de crudeza y rotundidez. Edificios que, al igual que los mejores poemas, expresan lo máximo con los mínimos elementos posibles. Una revolucionaria sencillez que será bandera de la llamada escuela paulista, la Politécnica de la Universidad de São Paulo. Su postura en relación al papel político y social de la arquitectura le costará su puesto como director de esta institución durante la dictadura militar en 1964, no volviendo a impartir clase hasta finales de los 80.
El amor por la austeridad es una constante en su producción, incluso cuando de patrimonio se trata. El arquitecto apenas introduce con delicadeza escasos elementos que establecen el puente de conexión con nuestro tiempo. No todo lo antiguo es sagrado, “preservar es un acto político”. Se interviene con valentía revelando lo esencial y garantizando el progreso.
Pinacoteca do Estado de São Paulo Mendes da Rocha+ Eduardo Colonelli+ Weliton Ricoy Torres. Fotografía de Nelson Kon
Capela de São Pedro. Paulo Mendes da Rocha. Fotografía de Gabriel de Andrade Fernandes
Interesado por la metrópolis, se posicionó apologista de la democratización de la ciudad y la virtud del espacio público con una arquitectura que apela a la responsabilidad social. Sus obras atemporales remiten a ideales futuristas pero nacen con voluntad de ser colonizadas por la vida, humana y vegetal. Sus cubiertas que exhiben ingravidez acogen al visitante. El hormigón se adapta al ritmo cotidiano con una plasticidad sorprendente. En palabras del insigne arquitecto “El objetivo de la arquitectura es amparar los imprevistos de la vida”.
Ginásio do Clube Atlético Paulistano. Paulo Mendes da Rocha+João de Gennaro. Fotografía del archivo de PM.Rocha cortesía de Brutalist Connections
Estadio Municipal Serra Dourada. Paulo Mendes da Rocha. Fotografia cortesia de AV
Paulo Mendes da Rocha ofreció sus recursos técnicos para aliviar y mejorar la vida de las personas con una generosidad declarada, “En arquitectura nada importa más que el otro”. Un conversador nato siempre atento a su interlocutor., libre en sus argumentos y firme en sus convicciones. Adaptó los principios del movimiento moderno a la idiosincrasia y el paisaje brasileño. Su arquitectura cuestionó los dogmas, con osadía y profundo conocimiento.
Sesc 24 de Maio. Paulo Mendes da Rocha+ MMBB Arquitetos. Fotografia de Nelson Kon
Casa no Butantã. Paulo Mendes da Rocha+ João de Gennaro.Fotografia de Nelson Kon
El genio del modernismo deja una herencia de trazo firme, sobriedad y contundencia, un legado eterno.
Paulo Mendes da Rocha, Eduardo Colonelli, Weliton Ricoy Torres, João de Gennaro, MMBB Arquitetos
Escrito por Cristina Pino desde OPORTO
Fotografías de Manuel Sá, Nelson Kon, Gabriel de Andrade Fernandes, Brutalist Connections, Arquitectura Viva