El brasileño Paulo Mendes da Rocha, uno de los arquitectos octogenarios de mayor proyección internacional, es una de los grandes figuras de la arquitectura moderna de nuestros tiempos, representante de la Escuela Brutalista Paulista, caracterizada por la monumentalidad de sus edificios, resueltos con formas simples que hacen énfasis en las estructuras y la tecnología de la construcción, utilizando materiales rotundos como el hormigón armado.
Licenciado en 1954, se une a la corriente liderada por Joan Batista Vilanova Artigas, interesándose por la arquitectura moderna latinoamericana de la que pronto pasa a ser uno de sus principales representantes. Tiene la oportunidad de difundir sus ideas en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de São Paulo, donde ejerce como docente desde principios de los 60 hasta casi la entrada del nuevo siglo, exceptuando la década de los 70, época en que es vetado por el gobierno militar por su concepción de la arquitectura, basada en la responsabilidad y el respeto hacia la sociedad.
Durante las más de las 6 décadas que dura ya su vida profesional ha realizado obras de las más variadas tipologías, en su amplia mayoría ubicadas en São Paulo, desde viviendas residenciales, tanto individuales como colectivas, edificios públicos, como museos, estadios, iglesias o guarderías, proyectos urbanos de espacios públicos, de diseño, de mobiliario...
Comenzamos por su primer gran proyecto, el Club Atlético Paulistano, obra realizada entre 1958 y 1961, que le otorgó el Gran Premio de la Bienal Internacional de São Paulo de ese año. En esta primera obra utiliza ya algunos de los recursos que caracterizarán su estilo a lo largo de su carrera. El edificio rompe con el esquema clásico de gimnasio, eludiendo el espacio cerrado característico en esta tipología de edificios para crear una gran plaza abierta, ligeramente soterrada, sobre la que se sitúa una gran cubierta de hormigón, que se apoya sobre unos potentes machones.
Imágenes: catalogo.artium.org
Al Club Atlético le siguen varias obras residenciales entre las que se encuentra su propia vivienda, donde experimenta con el tema de la prefabricación, siempre con hormigón armado, por el interés que despierta en él el potencial de esta técnica constructiva aplicada a fines sociales, la obtención de una vivienda digna de bajo coste.
Pronto realiza otra de sus obras de mayor renombre, aún tratándose de una arquitectura efímera, el Pabellón de Brasil para la Exposición Universal de 1970 en Osaka, Japón. De nuevo repite el concepto de plaza abierta con una cubierta de hormigón, con un apoyo creado con dos pórticos en forma de arco cruzados, y en otros tres puntos porporcionados por las ondulaciones creadas en el terreno. El veto del gobierno no le permitió ver el edificio terminado, y fue desmantelado tras finalizar el evento.
Imagen: Fujita Gumi
De la década de los 70 destaca la Casa Fernando Millán, en São Paulo, en la que rompe de nuevo con los convencionalismos de la tipología. Crea una vivienda de hormigón, introvertida, adaptada al terreno en pendiente. La materialidad utilizada y la potente estructura vista llevanel concepto de rotundidad al ámbito doméstico, pero, a su vez, consigue crear espacios continuos y fluidos gracias a que las paredes de hormigón no alcanzan la altura del forjado superior, conectando de ese modo toda la vivienda.
Imagen: Openhouse.
Imagen: Leonardo Finotti.
También de esta década es el Estadio Serra Dourada en Goiania, de 1973.
En los 80 introduce novedades en sus diseños, como los elementos metálicos y el recurso de elevar el edificio para liberar la planta, como hace en la tienda de muebles de diseño Forma. La tienda, situada junto a una autopista de São Paulo, permite utilizar la planta baja libre como aparcamiento. Otro de los elementos singulares es la disposición en la primera planta de un escaparate que ocupa toda su longitud, proporcionando un gran espacio de exposición hacia la vía pública que permite, gracias a su elevación, que sea visible desde la carretera. La estructura de hormigón pretensado integra por primera vez elementos metálicos que permiten su aligeramiento.
Imagen: Foro Xerbar.
Imagen: Nelson Kon.
De 1984 es el edificio de viviendas Jaraguá, ubicado en São Paulo, y en 1987 realiza la Capilla de San Pedro.
Imagen: Nelson Kon
En1987 se empieza a construir el Museo Brasileño de Escultura, concebido como un espacio urbano, una gran explanada que sirve de espacio expositivo para parte de las piezas, y un espacio interior semienterrado. El elemento más característico del proyecto es el gran pórtico creado con una viga plana de hormigón de dimensiones descomunales, que cubre el anfiteatro y ejerce de umbral del edificio.
Imagen: obvious.
En 1988 comienza otro de sus proyectos residenciales más conocidos, la Casa Gerassi, donde repite la idea de elevar el edificio para el aprovechamiento de la planta baja, esta vez para proporcionar un espacio exterior en la parcela para el desarrollo de las actividades de ocio de la familia. La vivienda en sí misma la alberga el volumen superior, creado con hormigón armado prefabricado, que se apoya en 6 pilares del mismo material y método constructivo.
Imagen: Pedro Kok.
Imagen: Fernando Stankuns.
Imagen: Foro Xerbar.
De la década de los 90 destaca la Plaza del Patriarca, de 1992, uno de sus espacios públicos más representativos, que dispone de una gran cubierta metálica que se eleva ingrávida sobre la plaza.
En 1993 inicia la restauración del Museo de Bellas Artes de São Paulo, de la Pinacoteca del Estado, en la que se limita a respetar el edificio original, introduciendo algunos elementos que permiten mejorar su funcionalidad y su adaptación a las nuevas exposiciones, integrándose a la perfección con la preexistencia y destacando gracias a la materialidad elegida.
Imagen: Nelson Kon
Destacamos por último el Centro Cultural FIESP, de 1996, situado en la planta baja de un rascacielos preexistente, que se resuelve con una estructura de acero que se acopla al antiguo edificio sin apenas crear ninguna interferencia.
Imagen: www.mmbb.com.br
Una mayoría de sus proyectos se ubican en São Paulo, pero cuenta con otros proyectos internacionales. Entre los proyectos europeos destacamás el Museo Nacional de Coches de Lisboa, de 2008.
Imagen: Fernando Guerra
El arquitecto cuenta con dos proyectos realizados en España, un edificio de 60 viviendas de promoción pública en Vallecas, Madrid, y el plan general del Campus Tecnológico de la Universidad de Vigo, en el que desarrolla el esquema y la conexión entre los edificios existentes diseñados por distintos arquitectos.
Imagen: www.leonardofinotti.com
En cuanto a mobiliario, encontramos el diseño de la silla Paulistano, original de 1957, creada por Paulo Mendes da Rocha para los salones del Athletic Club de São Paulo, comercializada todavía a día de hoy por Objekto, contando con varios modelos que demuestran la atemporalidad que caracteriza las obras del arquitecto.
Imagen: http://www.objekto.fr
Los premios y reconocimientos obtenidos son muy numerosos. Entre ellos podemos destacar el Mies van der Rohe para América Latina en 2001, el Pritzker en 2006, el Premio Imperial de Japón en 2016 y la Royal Gold Medal de Arquitectura en 2017.
Podemos concluir diciendo que Paulo Mendes da Rocha es uno de los grandes arquitectos en activo que ha sabido hacer una arquitectura de calidad, cuyo legado es para todos y para siempre.