Fotografía de Alejandro ArangoLa cadena de hoteles Click Clack busca innovar con diferentes dinámicas con el fin de que los usuarios logren hacer parte de un diálogo innovativo de recreación y aprendizaje
Fotografía de Alejandro Arango
The Click Clack Hotel, Medellín, nace permitiendo que sus huéspedes continuamente vivan micro-experiencias gracias a los detalles, los diferentes recorridos y las actividades ofrecidas, dando rienda suelta a la curiosidad de cada persona y a la recreación que permite la conexión de las dinámicas de la ciudad con las del proyecto.
La cadena de hoteles Click Clack busca innovar con diferentes experiencias que abordan la arquitectura, detalles, escenografías y recursos audiovisuales, con el fin de que los usuarios logren hacer parte de una dinámica innovativa de recreación y aprendizaje, que invita a vivir la hospitalidad por medio de planes pensados en el bienestar y en la optimización de los seres humanos.
Fotografía de Alejandro Arango
The Click Clack Hotel, Medellín, culmina su construcción en el 2020 en el corazón de Provenza, sector de la comuna 14 de la ciudad, reconocido por su arquitectura, variedad en comercio -tiendas, bares, restaurantes-, modernidad y vegetación. El proyecto resalta de las edificaciones circundantes debido a su sofisticado y único diseño, que complementa la manzana en la cual está ubicado y la perfora, generando vacíos que luego se convierten en pasos peatonales, parques, plazas internas y zonas semipúblicas: mezanine, tarimas, terrazas, tribunas, entre otras.
Fotografía de Carlos Vélez
La arquitectura del proyecto se fusiona con el urbanismo, creando un conjunto permeable por medio de diferentes vanos y rodeado de vegetación selvática y nativa, complementado por las terrazas habitables que hacen parte fundamental de la experiencia, pues además de estar dialogando continuamente con la naturaleza perimetral, presentan un juego de alturas articulando miradores que permiten contemplar la montaña hacia el oriente y el valle hacia el occidente. Este ensamblaje de elementos se convierte en un centro de eventos y un hito cultural, incentivando el arte, la gastronomía, ferias, conciertos, obras teatrales y la vida nocturna, apoyando así las diferentes industrias creativas y recreativas locales.
Fotografía de Alejandro Arango
El amplio programa arquitectónico del conjunto y la cantidad de espacio al aire libre permite que no sea necesario salir del hotel para poder disfrutar de la vida cotidiana de la ciudad, el verde de la naturaleza y de la riqueza gastronómica del lugar -la construcción cuenta con cinco restaurantes exclusivos que actualmente son tendencia en Medellín-. Las dinámicas del hotel y de la metrópoli se abrazan y se complementan, dándole al usuario experiencias de alojamiento únicas por medio de la red interna de recorridos y conexiones que incluye pasillos iluminados naturalmente, mezanines, rampas, puertas y puntos fijos.
Fotografía de Alejandro Arango
La edificación de 8.723 metros cuadrados cuenta con 123 habitaciones que se dividen entre 10 tipos de células habitables con dimensiones que varían desde la XS hasta la 3XL; éstas se encuentran llenas de detalles creativos que invitan a la curiosidad y a la interacción con el espacio. Las piezas se agrupan y se apilan dando origen a la forma llamativa y contemporánea del hotel, la cual es complementada por los balcones, jardines y terrazas –que albergan actividades como piscina, bares, restaurantes y cine al aire libre- permitiendo permear el ecosistema de bosque montano hacia el interior de cada espacio.
Fotografía de Carlos Vélez
La piel y la estructura del edificio cumplen también un papel fundamental. Los arquitectos abstraen de la ciudad una característica particular: las sombras generadas por el sol intenso que permiten apreciar la ciudad en diferentes tonalidades de grises. Bajo este concepto, las diferentes caras y elementos del conjunto toman un solo color: el de las sombras (gris), que permite dar el protagonismo merecido al verde que se teje en el interior, en toda la envolvente y el entorno. Por su parte, las grandes luces resultantes de la estructura metálica, necesarias para permitir el libre desplazamiento de las personas por las zonas semipúblicas, fueron unos de los lineamientos proyectuales que se añade al principio de que la estructura complementara la forma de la construcción, que se pensó como una gran máquina pesada y perforada, resistente y amigable.
Fotografía de Carlos Vélez
Fotografía de Alejandro Arango
The Click Clack Hotel, Medellín, permite un juego arquitectónico en el cual el usuario continuamente vive micro-experiencias gracias a los detalles, los diferentes recorridos y las actividades ofrecidas, dando rienda suelta a la curiosidad de cada persona y a la recreación que permite la conexión de las dinámicas de la ciudad con las del proyecto.
Fotografía de Alejandro Arango
Escrito por María Carla Flórez Jiménez desde BOGOTÁ D.C.
Fotografías de Carlos Vélez, Alejandro Arango
