Portland, Oregón, Estados Unidos, ejemplo de desarrollo urbano y rural, gracias sobre todo a políticas medioambientalmente responsables.
Portland, Oregón, es una ciudad situada al noroeste de los EEUU, con una población algo superior al medio millón de habitantes, aunque su área metropolitana cuadriplica esta cifra. Tiene una economía diversificada entre la industria, la distribución, el comercio y los servicios gubernamentales del Estado. Pero también destaca por su belleza paisajística, la Cordillera de las Cascadas o la Garganta Columbia son dos ejemplos de sus valores naturales.
Pero también es una ciudad que ha sabido dosificar su crecimiento de manera racional, conocida por su trayectoria en la protección de su suelo agrícola, mediante instrumentos legales y fiscales que han frenado la expansión urbanística protegiendo los terrenos productivos, definiendo las llamadas Reservas Urbanas y las Reservas Rurales con criterios como la adecuación a las necesidades, la previsión adecuada de equipamientos públicos, estudios de impacto ambiental, evitar conflictos con hábitats naturales importantes… Este sistema cuenta con los propietarios de las reservas rurales como sus principales detractores.
Plano de las Reservas Urbanas (azul) y las Reservas Rurales (verdes), junto con el límite de crecimiento de la ciudad.
En 1979 se crea el “Metro” (Metropolitan Service District), o gobierno metropolitano cuya principal responsabilidad es la ordenación del territorio metropolitano, la gestión del crecimiento urbano, el sistema de transporte, la protección de terrenos agrícolas, forestales y naturales o la gestión de residuos. Para ello desarrollan toda una serie de estudios y herramientas encaminadas al uso inteligente de los recursos.
Destacar, el Proyecto Central City 2.035, que planifica el desarrollo de la ciudad hasta el año 2.035.
Con todo ello, Portland, sigue siendo una de las ciudades estadounidenses que más esfuerzos dedica al transporte sostenible, al uso de energías renovables, a un desarrollo urbano de calidad y a la preservación de las áreas rurales de interés, un ejemplo de política medioambientalmente responsable.
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