La experiencia digital se posiciona como un factor clave en la concepción arquitectónica de los nuevos espacios comerciales
Imagen de The Set Lab
Primera reunión en el estudio de arquitectura con unos nuevos clientes. Un inversor que va a abrir una coctelería con un socio. Quieren que sea el nuevo sitio de moda en la ciudad, refugio para la gente guapa que después de meses alternado encierros y desescaladas por fases están ávidos de exhibirse en terrazas. Nos transmiten el briefing: espacio contemporáneo; materiales sofisticados combinados con piezas que creen un ambiente desenfadado; una barra que domine el espacio; áreas más íntimas para pequeños grupos, pero por encima de todo, quieren un diseño “instagrameable”.
Imagen de Instagram @audrey_satan
Estupendo, nuestro trabajo a juicio de la perversa dictadura del like y del satánico algoritmo. La fotogenia ha pasado de ser una consecuencia de un buen proyecto a ser una premisa en el proceso creativo y vivir la experiencia es tan importante como el hecho de que ésta sea visualmente apetecible. Como usuarios ya no nos es suficiente con disfrutar del intangible de un sitio con alma, necesitamos registrar y compartir, que nos comenten y nos regalen corazones virtuales, baremo de afecto y notoriedad. La arquitectura sometida a las reglas de juego de una aplicación que de aquí a unos años vaya usted a saber si nos acordamos de ella.
Imagen de Instagram @sketchlondon
Las redes sociales están cambiando no solo el modo en que nos relacionamos, también la forma de mirar y vivir los espacios. Proyectar buscando la atemporalidad no es prioritario, cuenta más la captación del ahora. Todo aspira a ser un set fotográfico. A los más románticos, siempre a rebufo en esta vorágine tecnológica, nos cuesta asumir que quizás estas sean las nuevas postales que mandábamos desde algún buzón con el rincón más conmovedor de la ciudad que visitábamos.
Imagen de Instagram @museumoficecream
El diseño táctico no es un concepto nuevo y siempre ha sido imprescindible considerar la psicología del usuario. Hay que atender a la demanda y los consumidores de hoy anteponen un buen telón de fondo para la próxima instantánea del llamado feed a valores como confort o relación calidad-precio. Si el local es notable y digno de fotografiar el propietario consigue publicidad espontánea y gratuita que mejore la reputación online y ponga el garito en el mapa.
Imagen de Instagram @fubiz
Probablemente Ricardo Bofill poco imaginaba cuando proyectó su Muralla Roja en Calpe en 1973 que iba a ser asediada por narcisistas instagramers décadas después. Edificios que se exhiben arrogantes y pretenciosos en hábiles encuadres que dejan todo lo feo fuera. Me pregunto la suerte que habrían corrido los impecables y austeros edificios de Alejandro de la Sota en concursos de diseño con los like como jurado.
Imagen de Instagram @ramirovaldez
Escrito por Cristina Pino desde OPORTO
Fotografía de portada de usuario de Flickr rbta2009 (Álbum La Muralla Roja)
Fotografías de The set lab, @audrey_satan, @fubiz, @museumoficecream, @ramirovaldez, @sketchlondon