La Fundación Jan Michalski en Montricher, Suiza, cuenta con una nueva vivienda diseñada por Kengo Kuma, suspendida de la singular cubierta del conjunto, cuya original envolvente, inspirada en un nido alojado entre los árboles, le otorga su nombre, Suspended Forest.
En este caso no se trata de una cabaña para alojar a los escritores vinculados a la fundación, sino una vivienda unifamiliar destinada a ser habitada por el administrador de la misma y su familia.
La original vivienda de 120 m2 se suspende, gracias a una liviana estructura de acero, del potente dosel orgánico de hormigón que cubre todo el conjunto edificado y ejerce de elemento unificador.
El tratamiento exterior de la vivienda, de su envolvente, destaca el edificio entre el resto de edificaciones del conjunto gracias al uso de una exclusiva doble piel, constituida por placas de acero blanco que materializan el acabado exterior de la fachada, envueltas por un manto creado con pequeñas piezas de madera de roble y alerce, de 120x300 mm y 120x500 mm respectivamente, entretejidas artesanalmente para configurar la piel que cubre la totalidad del edificio, a excepción de los testeros.
Esta piel, que materializa la idea que inspiraba el proyecto, el nido suspendido en el arbolado, mantiene un acabado natural de la madera para garantizar un envejecimiento natural de la misma, que dotará de múltiples matices al material en cuanto a color y textura, dependiendo de cómo se vean las piezas afectadas por la incidencia solar y las inclemencias meteorológicas.
La piel de madera se vacía en puntos concretos que se corresponden con las ventanas de corte vertical que iluminan y ventilan los espacios interiores, que se disponen junto a un corredor que recorre longitudinalmente la vivienda en paralelo a la fachada principal, inundándolo de luz natural.
El acceso a la vivienda se produce por una escalera metálica situada en uno de los testeros, suspendida de la estructura principal.
Una vez en el interior, encontramos una sucesión de espacios que incluyen dos dormitorios individuales, el primero de los cuales ejerce de estudio para los residentes de la vivienda, un baño, un aseo y un cuarto de servicio y almacenamiento, seguido del dormitorio principal, que dispone de baño propio integrado en la habitación, y un amplio salón comedor con cocina americana dispuesto al final del pasillo, el cual se abre a una pequeña terraza exterior de planta triangular que ocupa el testero opuesto.
La madera también es la protagonista de la materialidad de los espacios interiores, esta vez con tableros de gran formato que revisten interiormente la fachada y la cubierta, como un negativo de la envolvente exterior.
Los paneles están cortados con formas geométricas, con ángulos vivos y triangulaciones que permiten crear una poligonal quebrada en la sección interior de la envolvente, que combinada con iluminación LED integrada en las rasgaduras de esta piel, configura un interesante juego compositivo en el acabado interior de la vivienda.
Por el contrario, la tabiquería y el mobiliario de cocinas y baños, así como el acabado de los pavimentos es totalmente neutro y liso, de colores claros, pasando totalmente desapercibidos, otorgando todo el protagonismo a la madera, al igual que sucedía en la fachada.
Imágenes en KENGO KUMA & Associates