La bodega CVNE conserva su emplazamiento original desde que se fundó en el año 1879, el Barrio vinícola de la Estación en Haro, en la región de La Rioja Alta. Está formada por un conjunto de edificios dispuestos entorno a un patio, la mayoría de los cuales datan del siglo XIX. En uno de ellos, rehabilitado para la ocasión, comienza la visita y la cata.
Hoy en día en CVNE continúan cuidando con dedicación y empeño el proceso de elaboración del vino, tal cual hacían en los primero años de la compañía, desde que la uva está en la cepa hasta que el vino descansa en su botella.
Ese mismo cuidado y mimo transmitieron los arquitectos, Elena Pérez Garrigues y Daniel Blanco Cohen fundadores del estudio NINOM, a la restauración y remodelación del edificio histórico original para que albergara la zona de recepción de visitantes y la nueva sala de catas. La intervención también contempló la reestructuración de los terrenos circundantes.
El proyecto debía resolver de modo sencillo un programa complejo. Se respetó íntegramente la edificación original conservando así el aura tradicional de la bodega, y se solventó el programa construyendo un nuevo volumen, una caja metálica, que organiza el espacio a su alrededor creando una secuencia de estancias con distintos matices entre la piel metálica y el contenedor pétreo.
Este nuevo espacio recuperado se convirtió en centro neurálgico de la bodega CVNE.
El interior de la nueva caja “de hierro” contiene el control de acceso, la oficina, la sala privada de degustación y los aseos, zonas de acceso privado. El resto del programa se desarrolla en los intersticios entre los muros de piedra y el perímetro metálico. En un paseo perimetral entorno al volumen encontramos la recepción en el espacio contiguo al acceso, la exposición en el lateral derecho, la sala de cata pública en la parte posterior y a continuación, en el lado izquierdo, la tienda, para poder adquirir unas botellas del vino que más nos haya gustado antes de acabar la visita. Un placer para los sentidos.
© Fotos y planos NINOM / Elena Pérez Garrigues y Daniel Blanco Cohen