El equipo de arquitectas de Día Uno Studio ha sido el encargado de llevar a cabo esta reforma interior de una vivienda situada en el madrileño barrio de La Elipa, proporcionando a la misma una nueva vitalidad manteniendo la esencia original del lugar
El apartamento La Felipa es, en palabras de las propias diseñadores, un “contenedor de historias”, historias que hablan de las raíces humildes, de la permanencia a lo largo del tiempo, de la vida en los barrios de Madrid y del valor de la vivienda como lugar de arraigo, algo que ha ido perdiendo fuerza con el paso del tiempo pero que se antojaba necesario en los años 60, momento en el que se construyó el apartamento al que han dado una nueva vida Marta Rozas y Cris San José, arquitectas por la ETSAM desde 1999 y diseñadoras de interiores por la Escuela Superior de Diseño de Madrid (ESDI) y María Perales, diseñadores de Interiores.
La reforma de este pequeño piso de 55 metros cuadrados en La Elipa se abordó con dos objetivos principales. El primero de ellos era el de honrar y dignificar el carácter original de la propiedad, sin pretensiones ni extravagancias. El segundo, aparentemente más complejo, era el de adaptar al uso híbrido y flexible que iba a dar a la vivienda el nuevo propietario la compartimentada disposición que estamos habituados a ver en las viviendas de los años 60, pues los modos de vida, al igual que las personas y sus necesidades, han ido variando y adaptándose a lo largo de los años para dar paso a una sociedad más abierta, con menos tabús y que se enorgullece de mostrar sus origines.
Si bien la disposición interior del espacio ha variado para dar una mayor sensación de amplitud y permitir el paso de la luz a todas las estancias de la vivienda, los materiales y la esencia originales del apartamento se mantienen, no solo por alcanzar gracias una mayor economía en la reforma, sino por el gusto y el arraigo del propietario a la vivienda.
Detalles como los pórticos de hormigón que forman la estructura del edificio se han dejado a la vista, resaltando sobre el lienzo blanco que forman las paredes de la vivienda. En contraste con esta luminosidad se muestra el suelo de terrazo cuyo encaje de piezas funciona como un puzle que nos muestra la antigua distribución de la vivienda mediante las diferentes tonalidades y formatos que se reparten a lo largo del espacio.
Otra de las características habituales de este tipo de construcciones es que el espacio no solo era constreñido en ancho y largo, sino también en altura, siendo los techos bajos uno de los elementos más frecuentes. Sin embargo, el equipo de Día Uno Studio decidió eliminar por completo los falsos techos de la vivienda, permitiendo con ello ganar en altura y generar una sensación de mayor amplitud espacial.
Este hecho lleva asociado la necesidad de mantener vista las instalaciones que comúnmente discurren a cubierto sobre los falsos techos de las viviendas, por lo que las diseñadoras han conseguido hacer de la necesidad virtud y han incorporado de manera cuidadosa los pasos de las instalaciones eléctricas por los diferentes paramentos de la vivienda, dando al espacio un toque industrial que encaja a la perfección con el diseño planteado.
La división de los espacios, originalmente realizada mediante tabiquería de ladrillo, ha sido sustituida por una estructura metálica que hace las veces de mobiliario y elemento separador de espacios, permitiendo con ello tener un piso completamente abierto pero, a su vez, completamente definido y acotado en cuanto a usos se refiere. Además, el empleo de estructuras metálicas ligeras acentúa en mayor medida el acabado industrial del espacio sin perder la calidez que se espera de un hogar.
Los únicos elementos que se mantienen como estancias separadas del resto de la vivienda son los espacios más privados, es decir, el dormitorio y el cuarto de baño. Siguiendo la tónica de preservar elementos de la vivienda, el dormitorio mantiene el suelo de parquet original y se concibe como un espacio neutral en el que se repite la estrategia de tubos vistos y toque industrial mezclado con puntos de calidez necesarios en una vivienda.
Al igual que ocurriera con el mueble diseñado a medida en el espacio principal de la vivienda, el dormitorio cuenta con un mueble que parece una plataforma elevada en revestida de terracota que bien puede ser empleada para leer un libro, meditar o sencillamente admirar las vistas del exterior de una manera cómoda y plácida.
Esta plataforma sirve a su vez como salida a la terraza exterior de la vivienda, conectando de manera sencilla, y también a través del material empleado, ambos espacios, lo que genera una continuidad que unifica todo el conjunto.
El apartamento La Felipa es, en definitiva, un claro ejemplo de cómo algo aparentemente fuera de época se puede emplear para hacer perdurar en el tiempo la esencia de una vivienda que nos habla de las raíces y pone en valor el hogar generando un espacio adaptado de manera eficaz a las necesidades actuales.
Fotografías de Javier de Paz García