La Casa Katana, diseñada por KRAK Architects en el borde de un acantilado en la costa sur de la isla de Creta, en Grecia, es un proyecto que responde al lugar, apostando por la sostenibilidad y por el respeto al entorno
La vivienda, situada en una parcela longitudinal en un terreno rocoso con increíbles vistas del Mediterráneo, hacia el mar de Libia, opta por una huella delineada en el terreno como una línea quebrada, que responde formalmente a la componente dinámica de los fuertes vientos del noroeste característicos de la región. La forma de la poligonal, que el arquitecto asocia a la de una katana, inspiró el nombre del proyecto.
La construcción opta por desdibujar su presencia en el entorno, minimizando el impacto creado en el paisaje, creando una casa semienterrada. Esta decisión, además de tener en cuenta el valor paisajístico del lugar, responde a la climatología, creando una envolvente más eficiente, que permite acondicionar los espacios interiores en todas las épocas del año gracias a su masa térmica, reduciendo la demanda de energía.
Siguiendo el mismo criterio, la vivienda, a la cual se accede desde el subsuelo, se abre hacia dos direcciones predominantes, el sur y el este, a través de grandes ventanas practicables que recorren toda la altura libre de suelo a techo.
El vidrio queda protegido del soleamiento directo en verano gracias al vuelo de la losa superior, mientras que en invierno permite el paso de la luz y el sol caldeando las estancias. Su sistema de apertura, junto a la disposición de patios abiertos en la parte posterior de la vivienda, permite garantizar la ventilación cruzada que refrigera los espacios en la época estival.
Estos grandes ventanales permiten concebir los espacios exteriores como una extensión de los interiores, favoreciendo el disfrute del cálido clima mediterráneo durante todo el año, fomentando la vida al aire libre.
La estructura de hormigón visto con una paleta de colores tierra conseguida con la utilización de áridos de la zona, permite que la casa se mimetice con el paisaje circundante. Las texturas, que imitan la de las superficies rocosas aledañas, le permiten ser percibida como una continuación del acantilado.
La iluminación del edificio le otorga una rotunda a la par que discreta presencia en el paisaje.
Imágenes de Konstantinos Stathopoulos