Arquitectura modular, sostenible y reutilizable en el campus de la Macquarie University, en Nueva Gales del Sur, Australia. ArchitectusEl nuevo edificio del campus de la Macquarie University, en Nueva Gales del Sur, Australia, diseñado por Architectus, es un equipamiento sostenible, ideado para su posible futura reubicación, aplicando principalmente criterios de la arquitectura modular.
El complejo, situado al oeste del campus, consta de dos edificios de una sola planta unidos por un amplio corredor, por donde se produce el acceso. La imagen exterior la determina principalmente el material de construcción, la madera, que responde perfectamente a las premisas del proyecto: prefabricación, reutilización y sostenibilidad. Este material, que en sus distintos formatos y especies conforma una mayoría de los elementos constructivos, tanto estructurales, como de la envolvente y los acabados, junto al acero, reservado para la cimentación, y el vidrio, formando parte también del cerramiento y algunos elementos de compartimentación, han permitido una construcción en su práctica totalidad en seco, acelerando el proceso de construcción, de modo que el edificio estuvo en servicio tan sólo 5 meses después del inicio de las obras, con una interferencia mínima en el desarrollo de la vida universitaria dentro del campus.
La estructura del edificio está compuesta por unos pilares en forma de V, que soportan las esbeltas vigas de madera laminada cruzada (CLT), de 20 m de longitud, que conforman el esqueleto resistente de la potente cubierta, que vuela 3 m respecto del cerramiento, creando una galería cubierta en todo el perímetro del edificio.
Paneles de madera contrachapada materializan la cubierta plana y la parte opaca de los cerramientos, donde se combinan con láminas de vidrio de formato triangular, creando un juego compositivo con las diagonales marcadas por los soportes de la estructura.
El interior, con una superficie total de unos 953 m2, alberga un espacio diáfano y flexible, capaz de adaptarse a las necesidades de los usuarios actuales y futuros. Se trata de un centro de innovación capaz de dar cabida a empresas emergentes, proporcionando espacios de trabajo comunes, salas de reunión de diversos tamaños y formatos, incluidas salas donde realizar conferencias digitales, espacios para la celebración de eventos, etc., así como áreas de descanso y relación, situadas en el corredor de comunicación entre los dos pabellones, y de servicio para el personal, ubicada en un espacio más cerrado, un núcleo situado en uno de los pabellones.
Los acabados interiores crean un ambiente cálido y confortable gracias al uso de las distintas chapas de madera y corcho, utilizadas en los revestimientos de suelos, techos y paredes, y a la gran cantidad de luz natural que entra a través de las superficies acristaladas de la envolvente.
La entrada de luz no está reñida con un control de la incidencia solar gracias al gran vuelo de la cubierta, que protege al vidrio de un soleamiento directo en las épocas de calor. Además se tienen aplican otros criterios pasivos, como la disposición de paneles de madera que incorporan ventanas accesibles que permiten una ventilación natural del espacio interior.
El edificio cuenta con una instalación de paneles fotovoltaicos en la cubierta plana que cubre aproximadamente un 60% de la demanda de energía.
Así mismo, se disponen sistemas para el almacenamiento del agua de escorrentía, que es reutilizada para el riego de las superficies ajardinadas exteriores.
El edificio se ha hecho tan popular en el Campus que, a pesar de estar concebido como un complejo reubicable, la universidad apuesta por su permanencia.
Imágenes: Brett Boardman y Murray Fredericks
https://architectus.com.au/en/projects/macquarie-university-incubator
