La Casa Baltanás es una pequeña vivienda situada en Paderne, una pequeña aldea de la Sierra de O Courel, provincia de Lugo, en la cual el arquitecto Carlos Quintáns Eiras reinterpreta acertadamente la arquitectura rural de la zona, donde la piedra, la pizarra y la madera son las protagonistas de unas construcciones que se integran a la perfección en el paisaje, aunando estos términos con el lenguaje arquitectónico de lo más contemporáneo.
Se trata de una vivienda unifamiliar de dos plantas construida sobre un antiguo palleiro. El desnivel de la ladera en la que se sitúa conlleva la disposición un tanto peculiar del acceso principal, en un punto intermedio entre ambas plantas, en la fachada trasera, que da a la calle, desde el cual las escaleras son las encargadas de establecer las comunicaciones con ambas zonas.
En la planta inferior se sitúa la zona de noche, que dispone de dos dormitorios y un baño, totalmente compartimentados. En la planta superior se encuentra la zona de día, totalmente diáfana, distinguiendo los distintos los usos mediante los diferentes niveles existentes en dicho espacio: la zona de estar, en el inmediatamente contiguo al acceso, y la cocina, al fondo de la estancia, en un nivel elevado unos peldaños respecto del anterior.
La disposición de los dormitorios en la planta baja permite aprovechar la construcción masiva de los muros de mampostería para albergar la zona de noche, que se ilumina y ventila mediante una ventana horizontal que se abre en el encuentro entre el muro preexistente y la estructura de nueva construcción.
De este mismo modo, la zona de día se ubica en una situación privilegiada para disfrutar de las vistas que ofrece el entorno, al que se abre mediante la disposición de grandes ventanales en la fachada que vuelca al valle.
La construcción es muy sencilla y respetuosa con las técnicas y materiales tradicionales locales. Aprovecha los antiguos muros de mampostería, sobre los que apoya una estructura de madera laminada.
La estructura horizontal también es de madera, al igual que una mayoría de los revestimientos, material que colabora en la obtención de un ambiente cálido en el interior de la vivienda.
La cubierta inclinada a dos aguas, además de colaborar en amplificar el tamaño del espacio interior, se cubre con las tejas de pizarra de la construcción original.
Las fachadas se resuelven con paneles de madera, que crean un cerramiento totalmente opaco, negando la conexión visual con el pueblo, en la fachada trasera donde se sitúa el acceso y los testeros, y con grandes ventanales de vidrio que se encajan en el entramado de madera en la fachada principal, escogida para obtener luz y ventilación natural, además de captar las mejores vistas del entorno.
El proyecto fue finalista en los Premios FAD 2011, fue seleccionado para los Premios Mies van der Rohe de ese mismo año, y obtuvo una mención en la XI Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo.
Imágenes: Angel Baltanás.
https://www.centreinsight.es/casa-en-paderne/