Arquitectura

Confort en la península: Casa Marina de Barú

La Casa Marina de Barú diseñada por la firma David Restrepo Arquitectos, debido a los lineamientos de diseño, de los cuales la materialidad juega un rol importante, le permiten al usuario una experiencia de habitar llena de confort y emociones, en la cual los contrastes enriquecen cada actividad

Confort en la península: Casa Marina de BarúFotografía de Mónica Barreneche

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La Casa Marina de Barú diseñada por la firma David Restrepo Arquitectos, debido a los lineamientos de diseño, de los cuales la materialidad juega un rol importante, le permiten al usuario una experiencia de habitar llena de confort y emociones, en la cual los contrastes enriquecen cada actividad

Desde el ingreso por medio del patio central que se convierte en una especie de claustro lleno de fluidez y sensaciones, hasta el dialogar con cada espacio, invita a un disfrute de la tranquilidad y de la naturaleza.

Lleno y vacío, fuerza y delicadeza, sólido y líquido, tonalidades verdes y tierra, permeabilidad e impenetrabilidad, son los atributos que vienen a la mente al observar la Casa Marina de Barú diseñada por la firma David Restrepo Arquitectos y construida en la península rodeada por el mar Caribe, localizada a 47 kilómetros de Cartagena de Indias, importante ciudad histórica y portuaria de Colombia.

Planta general y vista superior de la Casa Marina de Barú

El concepto arquitectónico parte de la conexión de dos volúmenes principales por medio de uno central permeable, que le permite al usuario desde la puerta de ingreso conectarse con la vista posterior del proyecto: la imponente piscina que continúa visualmente con el mar. Este flujo se logra por medio de calados en hormigón que conforman toda la piel de este recinto y otros en la puerta de madera. Además de encontrarse este gesto en la pieza central, podemos apreciar esta materialidad revistiendo parte del volumen derecho y en otros muros y barandas alrededor de la casa.

Sala y patio central de la Casa Marina de Barú

Esta envoltura tiene un dinamismo propio, pues no solamente es un juego de formas, texturas y movimiento, sino que también en el primer nivel es mucho más cerrada que en el segundo, permitiendo el constante flujo de aire y generando que durante el día se proyecten luces y sombras constantemente cambiantes, y durante la noche se pueda contemplar premeditadas zonas de la casa desde el exterior, siendo el propio interior parte de la iluminación externa.

Tejido del revestimiento de la fachada de la Casa Marina de Barú

Punto fijo interno de la Casa Marina de Barú

El otro material que resalta en la fachada es el ladrillo -alargado y en tonalidad marrón-, el cuál gracias a su composición en arcilla permite el confort térmico interno sin la utilización de aire acondicionado. Estos dos materiales son elementos tradicionales utilizados a lo largo del tiempo en estas condiciones climáticas debido a la atmósfera y bienestar que brindan, y asimismo no solamente son ornamentales, sino que le dan identidad al conjunto y son bioclimáticos, generando un ahorro energético a la casa realmente importante.

Pasillo exterior de la Casa Marina de Barú

Otros materiales utilizados en el proyecto con el fin de generar una experiencia exquisita para los sentidos fueron mármol travertino peruano de tonalidad arena para el perímetro de la piscina y el pavimento de las zonas de llegada, la piedra de Indonesia que reviste la piscina y cuyo color verde oscuro logra el efecto de prolongación hacia el mar, y el porcelanato tono arena claro que juega con las tonalidades marrones y grises de la casa y que conforma espacios internos tranquilos y acogedores. Las lámparas colgantes de la casa son en fibras naturales de tonalidades cafés y las zonas externas fueron revestidas de palmeras -Nucifera y Phoenix- y olivos.

Piscina con vista a la playa de la Casa Marina de Barú

Vista nocturna de la fachada posterior de la Casa Marina de Barú

La fachada posterior es mucho más abierta que la principal, permitiendo que los espacios internos de los dos pisos sean uno con el paisaje por medio de grandes ventanales. Desde que se ingresa a la casa el usuario está en constante conexión con la naturaleza y con la piscina sin fin que pareciese terminase en el mar. Los arquitectos lograron por medio del diseño y la selección de materiales romper las barreras entre el interior y el exterior.

Piscina que continua en el mar de la Casa Marina de Barú

La casa cuenta con 810 metros cuadrados construidos. En el primer nivel rodeando al patio central que conecta con las zonas sociales totalmente abiertas -sala, comedor y cocina- se encuentran tres habitaciones y las zonas de servicio. Conectadas con la zona húmeda exterior, conformada por la piscina y el jacuzzi, se encuentra el turco, un gran deck y la zona BBQ. En el segundo piso se encuentran cinco habitaciones más y una zona de estar.    

Vista de una habitación de la Casa Marina de Barú

Cocina de la Casa Marina de Barú

La Casa Marina de Barú debido a los lineamientos de diseño, de los cuales los materiales seleccionados juegan un rol importante, le permiten al usuario una experiencia de habitar llena de confort y emociones, en la cual los contrastes enriquecen cada actividad. Desde el ingreso por medio del patio central que se convierte en una especie de claustro lleno de fluidez y sensaciones, hasta el dialogar con cada espacio, invita a un disfrute de la tranquilidad y de la naturaleza.

David Restrepo Arquitectos

Escrito por María Carla Flórez Jiménez desde BOGOTÁ D.C.
Fotografías de Mónica Barreneche

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