Queda poco tiempo para disfrutar del Pabellón Martell en Cognac, un bosque de papel ondulante donde los visitantes se encuentran con el Arte
Con más de trescientos años de historia a sus espaldas, Martell es la casa más antigua de cognac en Francia, considerada hoy en día como una de las más prestigiosas marcas de este licor. En octubre de 2016 nace la Fundación d’Entreprise Martell como un centro para la cultura y la experimentación artística contemporánea, una iniciativa que pretende acercar al público las últimas tendencias en arquitectura, música, danza, artesanía, etc. a través de diversos talleres y exposiciones. El espacio físico donde se llevarán a cabo es su sede, un antiguo edificio modernista que se encuentra en rehabilitación; hasta entonces, estas actividades se vienen desarrollando en el pabellón temporal diseñado por el estudio madrileño Selgascano.
Vista aérea Pabellón Martell de Selgascano
Vista aérea Pabellón Martell de Selgascano
Vista exterior del Pabellón Martell de Selgascano
El estudio fundado por José Selgas y Lucía Cano goza de gran proyección internacional, especialmente a partir del desarrollo de su propuesta para la Serpentine Gallery de Londres, en 2015. Con sobrada experiencia en este tipo de intervenciones efímeras, los arquitectos han mantenido su línea de trabajo experimental para el Pabellón Martell, en el que recurren de nuevo a materiales sintéticos y flexibles para la configuración de una arquitectura que ellos denominan “vulgar”, entendiendo este término como una cualidad del arte que se aleja del mundo académico para acercarse más al lenguaje cotidiano de la sociedad actual.
Planta del Pabellón Martell de Selgascano
Sección transversal del Pabellón Martell de Selgascano
El área de actuación consistía en el gran patio de las bodegas, de más de 1300 m2 de superficie, que los arquitectos deciden ocupar prácticamente en su totalidad para crear un nuevo ecosistema basado en el movimiento. El lienzo rectangular se modula, en sentido transversal, en bandas de 2,40 m de ancho generándose un ritmo que, al tiempo que subdivide el gigantesco espacio base para el desarrollo de actividades, enriquece la percepción del patio como una multiplicidad de plazas distintas conectadas entre sí. Se recurre, por tanto, al diseño de un sistema que permite abarcar y ordenar todo el espacio, al tiempo que generar diversidad a partir de un único material.
Vista aérea en detalle del Pabellón Martell de Selgascano
La ligereza de la piel que envuelve el pabellón, un material transparente de poliéster translúcido y fibra de vidrio desarrollado por la marca francesa Onduline, se inspira en el papel de arroz tradicional japonés. Así, los arquitectos generan un bosque de papel ondulado donde los visitantes pueden pasear, perderse y encontrarse de nuevo, en un juego visual constante. La rigidez de la estructura vendrá dada por los arcos metálicos que discurren en paralelo sobre el suelo de piedra, generándose un tejido que se mueve según cambiamos de estancia. Bajo la estructura o colgando de ella, distintos tipos de muebles, como cojines de agua en PVC amarillo, invitan a los visitantes a reposar.
Una de las entradas del Pabellón Martell, Selgascano
Interior del Pabellón Martell, Selgascano
El Pabellón Martell de Selgascano se presenta como un icono para la Fundación ya que, en sintonía con su espíritu de experimentación y vanguardia, ha desempeñado un papel importante como el primer espacio de acogida de las actividades culturales de la bodega. Falta poco para la apertura del edificio sede oficial de Martell, que está siendo renovado por los arquitectos franceses Brochet-Lajus-Pueyo; en ese momento, el pabellón será trasladado y montado en otro lugar para que pueda vivir de nuevo.
Interior del Pabellón Martell, Selgascano
Imágenes: planos de Selgascano, fotografías de Iwan Baan