El Ayuntamiento Eysturkommuna, diseñado por Henning Larsen para el municipio de Eystur, ubicado en Nordragota, en la costa este de las Islas Feroe, un archipiélago autónomo que forma parte de Dinamarca, es un ejemplo de arquitectura verde integrada en el paisaje al servicio de los ciudadanos.
El edificio, de 750 m2, se desarrolla en una única planta, dispuesto a modo de puente entre dos municipios separados por el río, Leirvík y Gøta, uniéndolos física y simbólicamente.
Los arquitectos brindan un homenaje a la arquitectura local, utilizando una cubierta vegetal transitable que diluye los lindes entre edificio y paisaje, a la vez que permite a los habitantes no sólo circular de una población a otra, sino disfrutar de un espacio al aire libre donde celebrar picnics disfrutando del paisaje y de la naturaleza circundante.
Con este objetivo, el ayuntamiento se convierte en el primer edificio de un plan de las administraciones locales para recuperar el uso de la ladera del río como el tradicional lugar de encuentro y de celebraciones sociales que era, antes de que la industria pesquera y fabril llegaran a la ciudad.
Los cerramientos laterales se revisten de listones horizontales de madera y grandes ventanales de vidrio destinados a conectar los espacios interiores con la naturaleza del lugar.
La envolvente integra una original instalación de luz y sonido del artista Jens Ladekarl Thomsen, inspirada en la cultura y naturaleza locales, integrada en el revestimiento de madera de las fachadas, de modo que los transeúntes disfrutan de las audiciones mientras recorren la cubierta del edificio.
Para permitir que todos los espacios disfruten del paisaje exterior, el programa se organiza en dos bandas paralelas situadas junto a las fachadas, con un corredor central que se quiebra siguiendo la poligonal marcada por la planta del edificio.
En estas dos bandas se disponen los espacios de reuniones y la recepción. Destaca entre ellos la estancia que contiene la cámara del consejo de la ciudad, una sala diáfana con una gran mesa circular dispuesta alrededor de una abertura circular de vidrio integrada en el pavimento, desde donde se puede ver la corriente de agua que discurre bajo el edificio.
El edificio, además de albergar todos los espacios municipales, también se abre al público, permitiendo la celebración de reuniones locales, congresos, etc. De este modo, da un servicio al ciudadano más allá del simplemente administrativo, como sucedía con la cubierta verde exterior.
Los acabados interiores, al igual que la fachada, vuelven a apostar por la madera, cuya calidez cubre suelos, paredes y techos. Destacan los falsos techos de listones de madera de las salas principales, que combinan con los acabados continuos en blanco o negro de otros paramentos interiores.
Imágenes de Nic Lehoux