La calidad arquitectónica del nuevo museo de Paracas, el Museo de Sitio Julio C Tello, situado en Ica, Perú, obra del estudio peruano Barclay and Crousse Architecture, ha sido nuevamente reconocida, situando a la arquitecta Sandra Barclay entre las finalistas de los Women in Architecture Awards 2018.
El museo se encuentra en la Reserva Nacional de Paracas, cerca de la Gran Necrópolis, donde el homenajeado explorador Tello descubrió enterramientos de más de 2.000 años de antigüedad en los años 20. El nuevo edificio, inaugurado en abril de 2016, ocupa prácticamente la huella de su precedente, destruido por un terremoto hace más de una década. Retoma de éste la geometría de planta rectangular y la compacidad del edificio, que ahora se desarrolla en dos volúmenes, que se separan entre sí por una franja a modo de rotura que evoca el seísmo que acabó con su predecesor.
El cuerpo principal alberga los espacios museísticos y de conservación, el museo arqueológico propiamente dicho, así como las áreas de servicio, desplazadas a un extremo de la pastilla, mientras que el otro volumen se reserva para los espacios de interacción y aprendizaje, el área antropológica.
La rasgadura creada entre ambos sirve de vía de acceso a todas las áreas.
La distribución interior proporciona un llamativo contraste entre la disposición de espacios de exposición diáfanos, bañados por una abundante cantidad de luz natural y con una materialidad neutra, de paredes blancas y desnudas, con un recorrido laberíntico a través de ellos, que evoca la antigua tradición peruana.
Las duras temperaturas ambientales del desierto de Paracas son contrarrestadas en el interior del edificio con sistemas pasivos. En las salas se disponen unos volúmenes que sobresalen de la pastilla central en altura. En la parte superior, la depresión atmosférica producida por las altas temperaturas provoca una convección natural que aspira el aire caliente de las salas, que es evacuado con ventiladores eólicos.
insertar imagen de la volumetría, de la explicación y la sección longitudinal
Destaca además el uso de materiales locales en las soluciones constructivas empleadas, como es el caso se la conchuela utilizada en la cubierta, que actúa como aislante térmico, de origen autóctono.
Las fachadas se caracterizan por su opacidad, abriéndose hacia el exterior tan sólo con los cuatro ventanales de la fachada sur del museo, creando la intimidad necesaria en un paraje tan vasto como el desierto circundante.
La materialidad escogida en la imagen exterior del edificio y la paleta de colores utilizada lo diferencian del museo originario. En lugar de la piedra utilizada en aquel, el nuevo edificio opta por un hormigón visto de puzolanas, de color rojizo, que le permite integrarse, y confundirse casi, en el paisaje circundante, las dunas rojizas del desierto.
El texturizado de la superficie del hormigón, que le otorga un aspecto de cerámica cocida, hace alusión a la cerámica precolombina que se encuentra en la exposición del interior.
La nota de color la aporta una llamativa pared azul que marca de este modo el acceso principal al edificio.
Imágenes:http://www.barclaycrousse.com
Funcionalidad perfecta no solo como utilidad