Lochside House, un retiro rural para un artista de la cerámica y su familia, localizado en el borde de un lago en las Tierras Altas Occidentales de Escocia, diseñado por Haysom Ward Miller Architects, fue nombrado Casa del Año en los RIBA 2018.
Se trata de un conjunto de tres edificaciones independientes, con una superficie total de 195 m2, conectadas por un corredor y dos terrazas exteriores, que incluyen tres dormitorios, una sala de estar, un estudio, dos baños, una cocina y un comedor.
Todas las estancias disponen de grandes ventanales que permiten disfrutar de las vistas de la naturaleza circundante desde los espacios interiores, algunas de las cuales barren toda la altura de suelo a techo, conectando estos espacios con las terrazas exteriores.
Incluye además un edificio exento, próximo al residencial, que alberga un taller-estudio de trabajo para el propietario.
La división en pequeños volúmenes, como si de pequeños refugios tradicionales se tratase, diseminados por el paraje natural, y el uso de materiales locales, permiten que el edificio se integre en el lugar de forma totalmente respetuosa, pasando casi desapercibido.
La envolvente exterior se configura con tableros prefabricados, paneles aislados SIP, cubiertos en su cara exterior por una piel de madera natural, tableros de alerce escocés tratados con una técnica japonesa que carboniza la superficie para mejorar su durabilidad.
Las cubiertas inclinadas, a una o dos aguas en función del volumen, se resuelven con el mismo material.
El corredor exterior que une los tres volúmenes dispone de una cubierta plana vegetal.
Otro material protagonista en los cerramientos verticales es la piedra, un muro de mampostería en seco que rodea la parcela, marcando el límite de la edificación residencial.
Los interiores son neutros, con suelos y techos de madera clara, al igual que las carpinterías y el mobiliario. Los paramentos verticales están cubiertos de yeso desnudo, salpicados con la colección de arte del propietario, proporcionando un ambiente cálido y acogedor.
La vivienda destaca además por su sostenibilidad, funcionando totalmente fuera de la red en un paraje natural y apartado. Se abastece de energía gracias a la instalación de paneles solares en la cubierta inclinada del edificio principal.
La demanda energética se reduce y controla gracias a la división del programa en varios volúmenes, permitiendo calefactar tan sólo las zonas realmente habitadas.
El agua potable se bombea desde un pozo situado en las inmediaciones de la vivienda, y el saneamiento se resuelve gracias a un sistema propio de tratamiento de aguas residuales.
Imágenes: Richard Fraser
https://www.haysomwardmiller.co.uk/photos-8/lochside_house.html