Maison Séchoir es la transformación de un antiguo edificio para secar tabaco en una acogedora vivienda de estilo contemporáneo inmersa en el paisaje, entre los viñedos de Lot y Garona, en Romestaing, diseñada por Christophe Hutin Architecture.
Esta tipología de edificio forma parte del patrimonio tanto arquitectónico, como histórico y cultural de la región, muchos de los cuales están transformándose para adaptarse al uso residencial, una iniciativa que, además de sostenible, vuelve a dar vida a las antiguas edificaciones.
La intervención de Christophe Hutin en Maison Séchoir permite mantener y respetar tanto la volumetría original del edificio, como su materialidad, optando por utilizarlo como un gran contenedor, como la envolvente exterior de los nuevos volúmenes que nacen en su interior, adaptándose a la preexistencia de una forma totalmente respetuosa.
La nueva vivienda consta de una zona de día que ocupa la nave principal del edificio, un espacio diáfano donde se sitúan el salón y la cocina. Una estructura de madera con una envolvente de vidrio en tres de sus lados, que permiten disfrutar de las vistas del paisaje a través de las grandes aberturas existentes en las fachadas originales, y un lado ciego, a modo de tabique técnico donde se dispone el mobiliario fijo de la vivienda, configuran este espacio.
También la cubierta, con dos faldones ligeramente inclinados, se cubren con este mismo material, estableciendo de ese modo una conexión visual con la antigua cubierta a dos aguas del edificio original, mejorando a la vez el confort de los espacios interiores.
La longitud de la nueva estructura es menor que la del edificio existente, creando de ese modo un retranqueo que permite concebir parte del espacio original como terrazas exteriores cubiertas, a modo de porches.
Otro módulo, construido en este caso íntegramente en madera, configura el volumen que alberga el dormitorio y el baño. Ocupan el antiguo cobertizo, una pieza anexa a la nave principal, con otra gran abertura en fachada que permite que la habitación disfrute de nuevo de la naturaleza circundante, disponiendo de un gran ventanal acristalado.
La nueva construcción se distingue de la preexistencia gracias a los diferentes tonos de la madera, mientras que se han utilizado las mismas técnicas de construcción tradicionales que caracterizan el edificio original, como los cimientos de piedra que sustentan el antiguo secador de tabaco.
Los pavimentos continuos contrastan con la calidez de la estructura vertical y la envolvente, así como con su paleta de colores.
La nueva vivienda alcanza un alto nivel de confort gracias a su adaptación a los vientos y la luz, lo cual le permite alcanzar una temperatura interior adecuada en todas las estaciones del año, haciendo uso de la ventilación cruzada y de una gran estufa que preside la zona de día.