Interiorismo

Studio Bluecerigo, en Montreal, Canadá, por Alain Carle Architecte.

Un nuevo concepto de oficina, a medio camino entre el proyecto comercial y el residencial, el proyecto Alain Carle Architecte, combina armoniosamente varias funciones dentro del mismo espacio. Estudio fotográfico, área de difusión y trabajo, además de espacios domésticos y un taller para niños. Incorporando a su programa arquitectónico códigos específicos para espacios domésticos.

Studio Bluecerigo, en Montreal, Canadá, por Alain Carle Architecte. Studio Bluecerigo, en Montreal, Canadá, por Alain Carle Architecte.

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Un nuevo concepto de oficina, a medio camino entre el proyecto comercial y el residencial, el proyecto Alain Carle Architecte, combina armoniosamente varias funciones dentro del mismo espacio. Estudio fotográfico, área de difusión y trabajo, además de espacios domésticos y un taller para niños. Incorporando a su programa arquitectónico códigos específicos para espacios domésticos.


El concepto “oficina” ha dado un giro radical. En el pasado quedaron esos espacios con largos pasillos y salas donde trabajar en reducidos cubículos. El espacio de trabajo se ha convertido en una herramienta más que debe facilitar el desempeño y la productividad. Cada vez vemos más oficinas diáfanas donde diversas disciplinas interactúan.





Amplios espacios donde la flexibilidad y la transparencia son el principal motor de nuestra forma de empleo. Donde el juego, las relaciones interpersonales y otros aspectos no directamente vinculados a la “productividad”, se interrelacionan. Espacios casi domésticos, con atmosferas agradables y cómodas para sentirse como en casa. Es el caso del estudio de arquitectura Alain Carle Architecte, que tomó como partida una vivienda familiar situada en Montreal, en el primer piso de un edificio de uso mixto en el vecindario de Mile End, un área de la ciudad conocida por su escena artística, y que ofreció el espacio de trabajo del fotógrafo de bellas artes Evridiki Spiliadis, convertido en el Studio Bluecerigo, donde los conceptos espaciales de la mismísima sede de google, se ven aplicados a pequeña escala. 





Desde un punto de vista conceptual, la parte arquitectónica recomendada por los diseñadores propone el uso de volúmenes que estructuran el diseño interior. El proyecto; que antes de la trasformación contaba con espacio de 140 metros cuadrados dividido en pequeñas habitaciones; plantea la eliminación de los antiguos tabiques y particiones, buscando una nueva distribución que organiza el espacio de trabajo por usos, y refuerza la relación entre zonas. “Hubo muchos trabajos estructurales porque se eliminaron los muros de carga y se agregaron vigas de acero. El objetivo era tener la menor cantidad de anclas posible para satisfacer la demanda de los clientes para tener un espacio abierto”





El pavimento de entarimado de madera natural, las ventanas con persianas y las baldosas coloridas están destinadas a hacer referencia a un ambiente hogareño. La idea es clara y concisa: apertura y sencillez. Un espacio central diáfano en continuidad con estancias articuladas. La adición de persianas a las aberturas permite modular la luz natural, inherente al trabajo del fotógrafo, de acuerdo con un dispositivo simple y estético.



En la cocina se alterna la cerámica con la madera, en un original collage de texturas y colores. El resto de la intervención se realiza en blanco, que marca el ritmo monocromático de la intervención, tanto en paredes como en falsos techos, ofreciendo el contraste con el resto de materiales del sencillo catálogo.



studiobluecerigo_alaincarlearchitecte_adrien_williams07.jpg





Cada elemento pretende reforzar el espíritu del trabajo en equipo. Difusión y creación, así como un lugar de vida por derecho propio. Con el fin de integrar los rituales diarios del cuidado infantil y los complejos horarios de trabajo una gran parte del espacio está destinado a los hijos de los propietarios. Un espacio domestico que nos aleja de la oficina y nos acerca a una nueva concepción de lugar de trabajo.



Las estancias adquieren un ambiente casi independiente pero sin llegar a perder la conexión visual y circulatoria con el resto del espacio. Sala de estar, cocina y sala de juegos junto a espacios de trabajo, espacio de exposición y almacenamiento para equipos técnicos.  Un pequeño salón con un sofá se coloca entre el estudio y una de las áreas de juegos para niños. Un rincón para los niños integrado en la ventana existente del edificio, amueblado con colchones y cojines que brindan un espacio acolchado para saltar y dormir la siesta para los más pequeños de la oficina. Una segunda área de juegos también está dispuesta en la parte posterior de la oficina con escritorios para dibujar.



El resultado es una nueva forma de entender el espacio de trabajo.



Estudio: Alain Carle Architecte

Fotografía: Adrien Williams

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