Tom Thys restaura un edificio de principios del siglo XX convirtiéndolo en un refugio inmerso en la naturaleza que combina la sensibilidad rural, el clasicismo italiano y la sobriedad del norte de Europa
Cerca de Palmoli, en el corazón de los paisajes bucólicos del Abruzo, conocida como la “Región verde de Europa" por el alto porcentaje de áreas naturales protegidas, se alza la Aristo House.
El proyecto es un ejemplo de arquitectura esencial con un lenguaje clásico que fusiona la serenidad del entorno natural con la pureza del diseño contemporáneo.
Durante un viaje, casi por casualidad, el arquitecto belga Tom Thys descubrió junto a unos amigos esta vieja casa con aires de la arquitectura paladiana, inmersa en el paisaje antiguo y autentico del valle de Trigno.
El arquitecto restauró esta propiedad rural, construida en 1914 y la transformó en un refugio de tranquilidad y elegancia con vistas espectaculares hacia las colinas, los bosques y los campos de la región.
El proyecto se inspira en el lenguaje clásico de las obras de Andrea Palladio. A través del estudio del ensayo de Colin Rowe “Las matemáticas de la vivienda ideal” publicado en 1947, Thys encontró un camino hacia la pureza arquitectónica perseguida. En esta publicación, Rowe investiga el vínculo geométrico entre las villas de Palladianas y las Villas Stein y Savoye de Le Corbusier.
La vivienda consta de tres grandes espacios principales que invitan a la contemplación y el descanso: un salón con cocina en la planta baja y dos dormitorios dispuestos en una composición perfectamente simétrica, en la primera planta.
Asimismo, una serie de pequeños espacios complementan la distribución de la casa a través de la técnica de superposición dinámica explorada por el arquitecto y monje holandés, Dom Hans van der Laan. De esta manera, Thys incorpora de forma ingeniosa una escalera, las habitaciones de almacenamiento, un escritorio y los baños en un mismo espacio fluido y continuo.
Un detalle único es el altillo situado bajo el techo, accesible solo por una escalera de pared, que proporciona un espacio adicional, un pequeño escondite para disfrutar de la paz del lugar.
El proyecto se extiende al exterior con una terraza y una piscina que se integran armoniosamente en el paisaje. Uno punto culminante es la ducha al aire libre, que enlaza la piscina con el edificio, proporcionando un espacio refrescante durante los calurosos días de verano.
La Aristo House se caracteriza por su simplicidad estética y su compromiso con la autenticidad. Thys reduce la casa a su esencia, logrando un equilibrio perfecto entre forma y función. Los espacios principales quedan libres de elementos superfluos, almacenados en las habitaciones adyacentes, para obtener una disposición que fomente un ambiente de calma y facilite la libre circulación de pensamientos.
En la restauración del edificio, Thys ha respetado la estructura original de mampostería, manteniendo su textura y color para preservar la memoria del pasado. El diseño interior es un reflejo de esta filosofía: colores suaves, mobiliario de calidad y una disposición que maximiza el espacio y la luz natural. Cada elemento ha sido cuidadosamente elegido para reforzar la sensación de materialidad cálida y sólida.
Las contraventanas de madera, realizadas por artesanos locales, juegan con la luz y ofrecen sombra, creando un ambiente acogedor y relajado.
La historia de la Aristo House, desde su descubrimiento hasta su transformación, es una narrativa de respeto por el pasado y de pasión por la arquitectura. Thys renueva una estructura y además infunde nueva vida a un pedazo de historia, creando un espacio donde la belleza de lo simple y lo natural se encuentran en perfecta armonía.
Este proyecto no solo redescubre la arquitectura clásica, sino que también afina el lenguaje conceptual del propio Thys, demostrando que la verdadera belleza a menudo reside en la simplicidad y la claridad.
Tom Thys Architecten
Escrito por Aina Pérez i Verge desde Turín
Fotografías de Lorenzo Zandri