Breathe Bricks, bloques de hormigón visto que purifican el aire exterior.

Breathe Brick es un bloque de hormigón visto diseñado por la investigadora Carmen Trudell, que permite crear una fachada ventilada capaz de realizar una filtración pasiva del aire que introducimos en los edificios, eliminando los contaminantes contenidos en él. 

Permite concebir un sistema de fachada que, además de cumplir con el resto de funciones habituales de la envolvente del edificio, aporta un aire de calidad a las estancias interiores, gracias a un sistema de filtración tipo ciclón, basado en el funcionamiento de las aspiradoras del hogar, que consiguen separar las partículas pesadas contenidas en el aire, depositándolas en un recipiente desmontable para su posterior retirada.

Los Breathe Bricks componen la hoja exterior de la fachada ventilada, que dispone de una segunda hoja de fábrica tradicional con aislamiento estándar al interior, con una cámara de aire intermedia, a la que accede el aire una vez filtrado. El bloque tipo tiene una cara vista cuya geometría, con una superficie de acabado facetada, colabora en la conducción del aire hacia el interior de la pieza. Dispone de dos huecos que atraviesan verticalmente su sección, uno para permitir el paso de la estructura metálica de refuerzo, y el otro para crear la chimenea continua por donde caerán las partículas filtradas, que se recogerán en un depósito situado en la parte baja de la envolvente.

Un aplique de plástico reciclado sirve para el acople de las piezas, ayudando  a alinear los dos ejes verticales de los módulos.

De este modo, se van disponiendo las piezas que van configurando la hoja exterior de la fachada.

El aire filtrado a través de esta capa, pasa a la cámara de aire adyacente, desde la cual se puede conducir directamente al interior, a través de los huecos de ventana, o hacia los sistemas de refrigeración, que a su vez lo proyectan a las estancias.

Los ensayos realizados determinan que el sistema es capaz de filtrar un 30% de partículas contaminantes finas, aquellas con un diámetro de 2,5 micrones o menor,  y hasta el 100% de las partículas gruesas, aquellas que tienen un  diámetro mínimo de 10 micras.

Este tipo de materiales van un paso más allá, no centrándose únicamente en reducir las emisiones de un edificio, sino haciendo que éste colabore en mejorar la calidad del aire que respiramos en su interior, reduciendo la contaminación ambiental. Ello, sumado a que se trata de un sistema que puede aplicarse a los sistemas de fachada tradicionales, permite un uso generalizado del mismo.

Fotografías: http://www.bo-th.com/

https://architecture.calpoly.edu/faculty/trudell