The Deck es un centro de información para Northshore, situado en la ribera de Hamilton Reach, promovido por Economic Development Queensland (EDQ), concebido como un pabellón temporal que proporciona un lugar de encuentro y relación social con espacios para la celebración de eventos para la comunidad local.
Se sitúa en un área extensa, que alcanza las 304 hectáreas, en pleno desarrollo urbano, creando un hito temporal con una potente conexión con el lugar, con el río, a la orilla del cual se sitúa gracias a la estrategia seguida por la arquitecta que desplazó su posición original a un punto más cercano a la banda de mayor afluencia de personas, la ribera.
El edificio capta la atención de los viandantes gracias a su original envolvente, una potente estructura de listones de madera, una cubierta que da nombre al edificio, que se quiebra y se pliega proporcionando abrigo y sombraje a la gran plataforma elevada situada bajo la misma, donde se desarrolla el programa.
Rampas y escaleras conducen a los viandantes hacia el edificio, que los atrae prácticamente desde cualquier punto del cual procedan.
Bajo el gran dosel encontramos un espacio diáfano que permite celebrar reuniones y eventos de diversa índole, quedando tan solo cerrados los pequeños cubículos que albergan los baños y las dependencias privadas reservadas para los promotores del edificio, a modo de cajas.
Del espacio exterior cubierto sobresalen pequeñas terrazas que quedan a cielo abierto y que invitan a su disfrute como espacios de relajación y conversación.
Tanto desde las terrazas, como desde los accesos o los espacios interiores, el edificio mantiene una conexión visual con su entorno próximo, principalmente con el río Brisbane, hacia el cual se abren las principales vistas.
La materialidad del edificio responde, además de los intereses personales de sus creadores, al espíritu temporal con que ha sido creado. Se opta por una arquitectura creada a base de piezas prefabricadas, que permiten un rápido y sencillo montaje y desmontaje. Cuenta con un total de 46 paneles de madera: 12 configurando la plataforma horizontal, 16 la cubierta y 18 las pantallas.
La sostenibilidad y reutilización han sido otras de las premisas del proyecto. Por ello, para su construcción fueron reutilizadas las maderas del antiguo muelle, práctica que, además de respetuosa con el medio ambiente, crea el carácter poético del edificio haciendo alusión a la historia, al pasado del lugar en que se ubica.
La estética exterior del edificio la determina la textura de la madera y su color oscuro, debido a que ha sido ennegrecida mediante su teñido con carbón de leña.
En el interior se apuesta por el acabado en el color natural de la madera, que permite crear un ambiente más cálido y acogedor.
Imágenes: Christopher Frederick Jones
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