Plazas públicas: Testigos y catalizadores

A pesar de la virtualidad y el confinamiento, los espacios públicos de congregación reafirman su rol histórico e irremplazable en el desarrollo social, político y económico

La arquitectura acerca la noción de los valores, justicia, derechos y expresa la filosofía de su tiempo. Es así como las actuales manifestaciones y protestas en Colombia, Birmania y Bielorrusia, entre otras, en plena emergencia sanitaria y el boom de la virtualidad, reafirman el rol histórico e irremplazable de los espacios de reunión físicos en el desarrollo social, político y económico.

El espacio ha sido una herramienta de expresión del cuerpo, la mente y de cambios de paradigmas (Sennet 1997) que, a lo largo de la historia dejan huellas en la ciudad. La plaza pública es una de estas memorias espaciales.

La actividad en una plaza es importante por su vitalidad y también por su atractivo visual. La función física y psicológica de la plaza no depende del tamaño o escala. Sin embargo, las plazas crean un lugar de reunión para las personas y proporcionan un contacto mutuo. Además, las plazas brindan a los usuarios un refugio contra el tráfico y el estrés de la ciudad.

Al considerar el centro (plaza), dos teóricos de la arquitectura son particularmente importantes: Kevin Lynch y Christopher Alexander. En el estudio de la percepción de la estructura urbana, Image of the city (1960), Lynch encontró que el nodo debe ser uno de los elementos por los cuales una ciudad es reconocida y comprendida. Es así como el nodo es un elemento importante que le da a la ciudad una imagen fuerte. Como él mismo dice: “Los nodos son los puntos de anclaje conceptual en nuestras ciudades”. Mientras tanto, Alexander en su libro A Pattern Language: Towns, Buildings, Construction (1970), expone: "Todo debe ser un" centro "en sí mismo y también debe producir un sistema de centros a su alrededor".

Las plazas tienen connotaciones religiosas, política, económicas y son el corazón de urbes. Son varias las razones de estos vacíos urbanos, pero siempre son de reunión y proclamación y es que las plazas retratan cambios de paradigmas. En varias ocasiones, estos espacios se han convertido en verdaderos campos de batalla urbanos de un pueblo unido por el mismo hilo. Los siguiente ejemplos retratan como estos espacios han sido testigos y catalizadores de cambios sociales y políticos:

Plaza de la Bastilla. París, Francia

Lugar simbólico de la Revolución Francesa, situada en el emplazamiento de la antigua fortaleza de la Bastilla, que fue tomada el 14 de julio de 1789. De este episodio de la historia de Francia proviene el carácter simbólico de esta plaza, lugar de numerosas manifestaciones, a menudo con connotaciones políticas de izquierda.

Plaza de la Revolución. La Habana, Cuba

Plaza pública de la ciudad de La Habana, Cuba, una de las más grandes del mundo con 72.000 metros cuadrados. Fue creada en tiempos de Fulgencio Batista y originalmente se la llamó Plaza Cívica, aunque su fama internacional comienza con la Revolución Cubana en 1959.

Plaza de Tian'anmen. Pekín, China

Es un símbolo de la historia de la República China. Escenario de la revuelta estudiantil de 1989 y los funerales del líder comunista Mao Zedong. Tiene 440.000 metros cuadrados de extensión, y en ella se encuentran el Gran Palacio del Pueblo, la sede del gobierno chino, y la Puerta de Tian'anmen, o lo que es lo mismo, la entrada a la Ciudad Prohibida.

Plaza de la Constitución, CDMX, México

Esta es la segunda plaza más grande del mundo. Su localización fue escogida por los conquistadores españoles para ser establecida justo a un lateral de lo que anteriormente era el centro político y religioso de México-Tenochtitlan, capital de los mexicas. El Zócalo además de ser la sede del poder político, económico y religioso de México, es el espacio donde se mezclan el pasado indígena y virreinal, con casi cinco siglos de historia.

Plaza Roja. Moscú, Rusia

Lugar de ceremonias públicas y proclamaciones de los zares y lideres soviéticos. En la plaza se encuentran la catedral de San Basilio, el Monumento a Minin y Pozharski y el mausoleo de Lenin. Es foco de performances y protestas debido a su valor simbólico e histórico en el pueblo ruso y de Europa del Este.

Las plazas actúan como un punto central para la vida social y cultural de la ciudad. La relación única entre el área abierta de la plaza, los edificios circundantes y el cielo de arriba crea una experiencia emocional genuina comparable al impacto de cualquier otra obra de arte (Donald, Alan and Robert, 2003). Las plazas son puntos focales en el diseño urbano y son una obra de arte importante en el tejido de cualquier comunidad. Representan una fracción del espacio abierto total de una ciudad. Además, las plazas sirven como ámbito público y entorno para los edificios circundantes. Son lugares donde la gente puede reunirse y socializar.

En ocasiones, estos espacios públicos necesitan ser moldeados de acuerdo con las actividades y los ocupantes del espacio, esto significa que los usuarios son responsables del diseño de sus plazas públicas para consolidar un sentido de lugar y flexibilidad, agregar significados simbólicos y brindar actividades abiertas.

En cuestión de cambios sociales, la calle da legitimidad a las demandas comunales, pero sin dialogo y discusiones en otros espacios destinado para la conciliación, los edificios circundantes y el cielo seguirá siendo los únicos testigos de estos cambios.

Es posible que las necesidades y demandas del pasado hayan sido menos y menos complejas que las de hoy, pero fueron tan básicas para la determinación de la forma final como son las plazas en la actualidad. Así, el análisis de ejemplos típicos del pasado no tiene por qué ser una mera discusión histórica, sino que también debe estimular algunas reflexiones para el urbanismo, la sociedad y la política de hoy.

Escrito por Paula Cano desde ESTADOS UNIDOS

Fotografías de James L. Stanfield, Drew Associates films, Liu Jian, The Calvert Journal